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Voto de Miguel:
10

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8.4
83,819
Comedia. Romance. Drama
C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
18 de abril de 2007
18 de abril de 2007
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya el principio indica el tono cómico que va a caracterizar a toda la película. La hilarante escena en la que C.C. Buxter (Jack Lemmon) mueve la cabeza al ritmo de la máquina de escribir es una perfecta presentación para esta comedia de uno de los directores que más han aportado a este género. Otras obras de Wilder como Con faldas y a lo loco o Bésame, tonto provocan la risa en el espectador de una forma tal como sólo anteriormente lo habían hecho los hermanos Marx.
Los continuos golpes cómicos (como cualquier escena en la que aparezca el protagonista junto a su vecino) se intercalan con una trama en la que se muestra cómo la gente normal busca las formas más variopintas para conseguir un trato de favor (o si se puede un ascenso) por parte de sus jefes.
Con este argumento (que muestra lo que más importa, por lo general, al ser humano: trabajo y amor) y una interpretación de altísimo nivel (sobre todo de Lemmon, quien da una enorme credibilidad a todos los personajes que interpreta en cualquiera de sus películas) se consigue una de las mejores comedias de la historia del cine.
El guión y la dirección (ambas del maestro austriaco Wilder) consiguen que haya una puesta en escena que, combinada con el resto de los elementos destacados, haga de El apartamento una obra difícilmente igualable.
La fotografía en blanco y negro sirve para dar la sobriedad de clásico de Hollywood a una cinta que por su argumento (y por supuesto por los actores y el director también) no pierde su vigencia con el paso de los años.
Lo que aporta en el sentido artísico junto con el interés que suscita (tanto en cómo se le parte el corazón al protagonsita y el resto de la acción que narra y principalmente los inolvidables momentos cómicos que presenta) hacen que esta pelícual sea obligatoria para cualquier amante del séptimo arte.
Los continuos golpes cómicos (como cualquier escena en la que aparezca el protagonista junto a su vecino) se intercalan con una trama en la que se muestra cómo la gente normal busca las formas más variopintas para conseguir un trato de favor (o si se puede un ascenso) por parte de sus jefes.
Con este argumento (que muestra lo que más importa, por lo general, al ser humano: trabajo y amor) y una interpretación de altísimo nivel (sobre todo de Lemmon, quien da una enorme credibilidad a todos los personajes que interpreta en cualquiera de sus películas) se consigue una de las mejores comedias de la historia del cine.
El guión y la dirección (ambas del maestro austriaco Wilder) consiguen que haya una puesta en escena que, combinada con el resto de los elementos destacados, haga de El apartamento una obra difícilmente igualable.
La fotografía en blanco y negro sirve para dar la sobriedad de clásico de Hollywood a una cinta que por su argumento (y por supuesto por los actores y el director también) no pierde su vigencia con el paso de los años.
Lo que aporta en el sentido artísico junto con el interés que suscita (tanto en cómo se le parte el corazón al protagonsita y el resto de la acción que narra y principalmente los inolvidables momentos cómicos que presenta) hacen que esta pelícual sea obligatoria para cualquier amante del séptimo arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esto da un giro cuando Buxter conoce a Fran Kubelick (Shirley Maclaine) y se enamora de ella, aunque lo que él no sabe es que esta ascensorista de su oficina tiene un romance con uno de los jefes a los que él cede las llaves de su apartamento para los deslices extramatrimoniales.