Cinco amigos, una cámara y una cueva laberíntica. ¿Conseguirán salir vivos?
La película combina dos elementos que han debido hacer que el rodaje haya sido complicado: usar un entorno de cueva natural (se nota que no hay decorados artificiales) y la cámara subjetiva. Que esté hecha así imprime un gran realismo, ayudado por la buena labor de estos jóvenes actores. Consigue transmitir la angustia que tienen que pasar al estar encerrados en esta opresiva cueva.
No tiene terror sobrenatural, pero sí que da inquietud al llegar a plantear las situaciones más extremas posibles.
Una película para disfrutar (o sufrir, según se mire) sin que te la cuenten.
Cuenta con una buena realización y actuaciones.
Lo malo es que podría haber estado mucho mejor si hubieran cuidado un poquito más el argumento (ver spoiler).