¿Conseguirá redimirse Ben Affleck del mediocre cruce de Batman y Superman? Vamos a verlo.
Siempre he pensado que Affleck no es tan mal actor como muchos dicen, pero haciendo películas como esta, le da la razón a sus detractores. Su personaje es frío y seco, un maniático y con toques de autismo con el que es imposible empatizar. Así que el actor derrocha aquí una inexpresividad que ni Steven Seagal en sus peores tiempos. No se gana el sueldo, desde luego.
El film lleva ya un rato y no despega, sin decantarse claramente por el thriller o el drama. Es mala señal que en media hora no haya pasado nada realmente interesante o que capte mi atención. Me estoy empezando a aburrir.
En fin, cuando ya lleva cerca de una hora, parece (y solo parece) que se va a convertir en un thriller convencional de acción. Mira por donde que cuando el protagonista se quita las gafas se vuelve una máquina de lucha (como si fuera Superman). Tras unos escasos minutos de acción, el argumento se vuelve a parar y regresamos al tedio. Ojo, no por que no haya tiros tiene que ser mala, pero en este caso no tiene ningún aliciente esta trama de empresas y asesinatos por parte del que va a hacer próximamente la serie de “The punisher”.
La investigación de la negra es también muy sosa. Y entre flashbacks y diálogos insulsos, a lo tonto ya llevamos hora y media y sigue sin interesarme nada de lo que pase porque estoy más aburrido que antes. Ahora a estas alturas por fin empiezan a desvelarse cosas del pasado del protagonista, pero tengo tanto sueño ya, que me importa un bledo y no me entero.
Si fuera más corta o tuviera más acción a lo mejor habría llegado a ser una película del montón, pero ni eso han conseguido. Así no va a lograr Ben Affleck que sigan metiéndose con él. ¿No sería mejor seguir en la línea de “Argo”, por ejemplo?