El chaval de “Terminator 2” y unos amigos suyos van a pasar mil líos para poder pasárselo de lujo en el concierto de su grupo favorito.
Es curioso que los propios “Kiss” aparezcan actuando haciendo de ellos mismos, pero como siempre van maquillados, no necesitan disimular los años pasados entre el transcurso de la película y su realización.
No hay más famosos aparte de Edward Furlong. Lin Shaye hace de maruja amargada, muchos años antes de tener un cierto éxito como la médium de “Insidious”.
Es una comedia sencillísima, con cierto aire a la moda de “American pie”, pero con su propio estilo. Tiene algunos momentos que hacen sonreír y no muchos de vergüenza ajena, pero también pocos en los que me haya provocado la carcajada (quizás lo mejor sea la parte del local de “striptease”).
El repertorio musical es bueno, y no solo por los temas de los que más sacan la lengua en el escenario, sino que hay de todo. Pero, como digo siempre, elegir bien las canciones no hace que la película en sí misma sea mejor.
Se echa un buen rato viéndola, pero es fácil de olvidar.