En esta especie de versión cutre de "Black dog", aparecen al poco de empezar varias cosas bastante ridículas, a saber:

- La rapidez, facilidad y eficacia con la que el protagonista se liga a Felicity Jones, ya de entrada tira la suspensión de incredulidad por el retrete como en las peores películas de ciencia ficción.
- El papel de Ben Kingsley es penoso. El que fuera socio de Oskar Schindler y adalid de la no violencia en la India colonial, debería pensar en jubilarse y no seguir manchando su carrera con cosas como esta.
- La música y canciones pegan menos que Santiago Segura en un drama romántico.
- Anthony Hopkins está simplemente como gancho, y con esta ya van unas pocas. Algunos actores ancianos parece que no quisieran rechazar ningún papel, cuando debería ser justo lo contrario.

Pero bueno, tras el primer horrible cuarto de hora, todavía me queda la esperanza de que vaya a estar bien en la acción, y porque por lo menos sale Felicity.
La verdad es que el "flashforward" del principio y la misión que le ofrecen, prometen dar una entretenida "road movie" ambientada en Alemania.
Pero cuando llega la acción, esto está bastante descafeinado. Tiene algún momento entretenido de coches, pero nada que esté a la altura de lo que estamos hartos de ver en el género. Comparada con "Fast and furious", esto parece que está hecho por Uwe Boll.
Además, incluso en estas secuencias, la música es tan fea que estoy deseando que termine, para dejar de sufrir escuchándola. El montaje es pésimo también, por cierto.
Tengo que reconocer que en el punto más fuerte de la persecución, he llegado a dudar, pensando incluso en ponerle el cinco de nota. Pero poco después hay una ensoñación en la que aparece Felicity sin venir a cuento, y lo que es peor, la exageradamente patética secuencia de Kingsley bailando en la cuadra. ¡Qué horror!
Así que, a pesar de la acción con la que suelo ser muy benevolente, me estoy todo el rato fijando en las cosas malas que tiene, con lo cual ni siquiera me entretiene y hasta se me ha hecho larga. Por mucho que uno quiera, todo lo que he contado y otras escenas como la de la gasolinera echan todo por tierra.
Es una pura pérdida total de tiempo y no me extraña que su estreno se haya retrasado tanto en España.