Esta es una de las decenas de las películas de asesino en serie con patrón peculiar que nacieron a la sombra de "El silencio de los corderos" y "Seven".
La fórmula murió algunos años después de puro agotamiento, pero ya cuando salió esta, se notaba que estaban explotando la idea demasiado y que empezaban a flojear un poco. Tanto es así, que este asesino ni siquiera tiene un "modus operandi" propio, sino que se dedica a recrear otros crímenes. Un psicópata poco original en un subgénero que tampoco lo era a estas alturas.
Así que solo nos queda la nada desdeñable presencia de Sigourney Weaver y Holly Hunter. La protagonista tiene además, un fuerte caso de agorafobia y un trauma por un suceso en un servicio público, que aporta complejidad al personaje.
Es la actuación de las actrices lo que salva el film, mucho más que el argumento, un poco falto de ritmo y escaso de originalidad. Es además una de esas películas peculiares en las que la primera vez que la vi me pareció infinitamente mejor que en los siguientes revisionados. De hecho, cuando sabes lo que va a pasar, este film resulta ser mucho más pesado y mediocre de lo que parece en una primera impresión.
Me quedo con la actuación de Weaver. Todo lo demás, es de andar por casa y recomiendo verla una única vez para quedarse con un mejor sabor de boca a nivel general.