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Voto de kreonte:
7

Voto de kreonte:
7
7.0
30,091
2 de noviembre de 2015
2 de noviembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cesc Gay nos sumerge en una historia de amistad, donde Julián (Ricardo Darin) y Tomás (Javier Cámara) después de varios años vuelven a verse. Esta vez para una despedida.
Julián aparece sólo en su casa y esperando a que alguien le ayude a tomar una dura y difícil decisión. Necesita el último empujón, aunque su decisión está bastante madurada. Una decisión que teme tanto, que ni su perro Truman la conoce.
Busca una familia para Truman, pero sobretodo busca un refugio para sí mismo.
Tomás,al contrario, necesita ser empujado por su mujer a visitar a su amigo porque le cuesta enfrentarse a una persona que quiere mucho, pero que tiene un cancer. De todos modos acude a acompañar a su amigo.
Julián respira al verle, porque a pesar de que se le acaba la vida, sabe que tiene al mejor compañero de viaje para vivir uno de los momentos más complicados: asumir la muerte.
Tomás va siendo testigo de los distintos cierres que su amigo necesita, a la vez que le confronta en ocasiones, pero desde un respeto y una escucha brutales.
Es en este viaje de 4 días donde conocemos más a los dos personajes y sobretodo el universo de Julián. Un universo lleno de agujeros negros y situaciones sin resolver.
Sin embargo vemos que existen taras y dificultades en ambos personajes.
Esos sentimientos atascados que no les permiten verbalizar todo lo que realmente sienten.
Lo que sucede es que a veces no tener el mejor discurso no es sinónimo de querer a alguien más. Los ojos de Tomás nos muestran que el silencio a veces también habla.
Cesc Gay acierta al contar una historia de la asunción de la muerte con una historia sencilla, pero que emociona porque sobre los personajes pesa y báscula todo el ritmo del film. Justo premio a los dos actores en el Zinemaldi de Donosti.
Julián aparece sólo en su casa y esperando a que alguien le ayude a tomar una dura y difícil decisión. Necesita el último empujón, aunque su decisión está bastante madurada. Una decisión que teme tanto, que ni su perro Truman la conoce.
Busca una familia para Truman, pero sobretodo busca un refugio para sí mismo.
Tomás,al contrario, necesita ser empujado por su mujer a visitar a su amigo porque le cuesta enfrentarse a una persona que quiere mucho, pero que tiene un cancer. De todos modos acude a acompañar a su amigo.
Julián respira al verle, porque a pesar de que se le acaba la vida, sabe que tiene al mejor compañero de viaje para vivir uno de los momentos más complicados: asumir la muerte.
Tomás va siendo testigo de los distintos cierres que su amigo necesita, a la vez que le confronta en ocasiones, pero desde un respeto y una escucha brutales.
Es en este viaje de 4 días donde conocemos más a los dos personajes y sobretodo el universo de Julián. Un universo lleno de agujeros negros y situaciones sin resolver.
Sin embargo vemos que existen taras y dificultades en ambos personajes.
Esos sentimientos atascados que no les permiten verbalizar todo lo que realmente sienten.
Lo que sucede es que a veces no tener el mejor discurso no es sinónimo de querer a alguien más. Los ojos de Tomás nos muestran que el silencio a veces también habla.
Cesc Gay acierta al contar una historia de la asunción de la muerte con una historia sencilla, pero que emociona porque sobre los personajes pesa y báscula todo el ritmo del film. Justo premio a los dos actores en el Zinemaldi de Donosti.