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Voto de Daniel Majoral:
9
7.0
10,032
Drama
El veinteañero Julián es un exitoso diseñador de videojuegos que vive atormentado por un oscuro secreto. Cuando Diana aparece en su vida, Julián sentirá cercana la oportunidad de ser feliz.
10 de diciembre de 2022
145 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
Julián actúa (en el año 2020) respecto a su pedofília, igual que yo (en el año 1983) respecto a mi homosexualidad. Fue en 1984 cuando el periódico de crímenes El Caso titulaba en portada: "Así matan los homosexuales", como si un hombre, por el hecho de ser gay, fuera un potencial asesino. Y así, me sentí identificado con él.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cuando en la última parte de la película, todo el mundo le da la espalda a Julián y se siente totalmente solo, solloza "pero nunca he hecho nada malo a nadie". Y es verdad. La gente lo ha juzgado por un dibujo. Nadie se ha puesto en su lugar. Nadie ha intentado entenderlo. Es más fácil juzgarlo, condenarlo y así poder seguir con nuestras superficiales vidas.
Y cuando Julián ya no tiene absolutamente nada que perder, incluso puedo llegar a entender que quiera consumar sus deseos. Pero nunca llega a hacerlos realidad. Antes prefiere matarse.
Me pone especialmente la piel de gallina el desencadenante de esto último. Julián mirando un dibujo de él hecho por Cristian, el niño al que ama. En el dibujo vemos a un tigre con la cabeza de Julián. No olvidemos que Julián, cuando era pequeño, quería ser tigre de mayor (y así, se lo contó a Cristian el día que se conocieron). Pero el niño, sin ninguna intención, dibujó un animal con cara humana, es decir: un monstruo.
Cuando Julián se queda tetraplégico de por vida, la gente vuelve a hablarle. No sé si por compasión o porque ahora es totalmente inofensivo. Y su novia vuelve con él para cuidarlo para siempre. Inquietante comportamiento el de ella, sustituyendo el cuidar de su padre con ictus (muerto semanas antes) por Julián, el cual nunca más podrá moverse y por lo tanto, nunca podrá satisfacer sus pulsiones sexuales reales.
Una vez, él le dijo a ella, enmedio de un ataque de ansiedad: "no te vayas, tengo miedo de morirme". Ella le contestó: "morir no es tan fácil". Pero lo peor es lo que muere dentro de ti cuando aún estás viviendo.
La película es de una belleza sublime. Y de una tristeza inmensa. No hay banda sonora. Las imágenes son muy oscuras o con tintes azulados. Los silencios eternos. El llanto de él, en el rellano de la escalera, infinito. Llegas a ponerte en su piel y realmente deseas darle un poco de ese amor que él tanto implora. Me enterneció profundamente, que después de tener un "gatillazo", le dijera a su pareja sexual: "pero no te vayas por favor, quédate a dormir conmigo". Esto no es un monstruo. Es un ser humano. Y merece amor, como todos nosotros, seres humanos con monstruos en nuestro interior.
Y cuando Julián ya no tiene absolutamente nada que perder, incluso puedo llegar a entender que quiera consumar sus deseos. Pero nunca llega a hacerlos realidad. Antes prefiere matarse.
Me pone especialmente la piel de gallina el desencadenante de esto último. Julián mirando un dibujo de él hecho por Cristian, el niño al que ama. En el dibujo vemos a un tigre con la cabeza de Julián. No olvidemos que Julián, cuando era pequeño, quería ser tigre de mayor (y así, se lo contó a Cristian el día que se conocieron). Pero el niño, sin ninguna intención, dibujó un animal con cara humana, es decir: un monstruo.
Cuando Julián se queda tetraplégico de por vida, la gente vuelve a hablarle. No sé si por compasión o porque ahora es totalmente inofensivo. Y su novia vuelve con él para cuidarlo para siempre. Inquietante comportamiento el de ella, sustituyendo el cuidar de su padre con ictus (muerto semanas antes) por Julián, el cual nunca más podrá moverse y por lo tanto, nunca podrá satisfacer sus pulsiones sexuales reales.
Una vez, él le dijo a ella, enmedio de un ataque de ansiedad: "no te vayas, tengo miedo de morirme". Ella le contestó: "morir no es tan fácil". Pero lo peor es lo que muere dentro de ti cuando aún estás viviendo.
La película es de una belleza sublime. Y de una tristeza inmensa. No hay banda sonora. Las imágenes son muy oscuras o con tintes azulados. Los silencios eternos. El llanto de él, en el rellano de la escalera, infinito. Llegas a ponerte en su piel y realmente deseas darle un poco de ese amor que él tanto implora. Me enterneció profundamente, que después de tener un "gatillazo", le dijera a su pareja sexual: "pero no te vayas por favor, quédate a dormir conmigo". Esto no es un monstruo. Es un ser humano. Y merece amor, como todos nosotros, seres humanos con monstruos en nuestro interior.