Haz click aquí para copiar la URL
Reino Unido Reino Unido · Birmingham
Voto de Peaky Boy:
8
Drama Un matrimonio con tres hijos vive en una mansión en las afueras de una ciudad. Los chicos, que nunca han salido de casa, son educados según los métodos que sus padres juzgan más apropiados y sin recibir ninguna influencia del exterior. Creen que los aviones son juguetes o que el mar es un tipo de silla forrada de cuero. La única persona que puede entrar en la casa es Christine, guardia de seguridad en la fábrica del padre. (FILMAFFINITY) [+]
27 de octubre de 2011
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como amante del cine oriental, estoy más que acostumbrado a esas largas tomas con cámara fija (Ej. Yasujiro Ozu) y a esa brutalidad desmedida de ciertas escenas (Ej. Park Chan-Wook), y lo cierto es que Canino, pese a su nacionalidad Griega, mantiene unos patrones del cine asiático mezclados con cierto dinamismo en la trama del más puro estilo EEUU-Independiente.
Hace algún tiempo vi la película El planeta prohibido (Fred Wilcox), un hombre se encuentra viviendo en un planeta lejano con la única compañía de su hija a la que le cuenta los terribles peligros del planeta tierra en el que todas las personas que en el habitan son terriblemente despiadadas. Siempre había pensado cómo sería la vida de aquella joven chica, alejada del mundo real. Pues gracias a Yorgos Lanthimos he podido comprobarlo, ya que Canino nos muestra en clave de comedia negra, la vida de 3 “niños” que nacieron para ser sometidos por sus padres a un experimento. En su intento por educarlos de la forma más recta posible les aíslan completamente del mundo exterior. Encerrados en su casa, una casa en la que el teléfono es un recipiente dispensador de sal, los aviones no miden más de 10 centímetros y caen al jardín para poder jugar con ellos.
Una crítica feroz a las familias ultra conservadoras, Lanthimos apunta con su cerbatana y dispara unos dardos envenenados que llegan muy lejos. Quizá demasiado lejos, por ello no se estrenó en la mayoría de salas de nuestro país, o su estreno se quedó en anecdótico o fugaz. ¿Quién no recuerda el escalofriante caso del “Monstruo de Amstetten”? Y otros muchos ejemplos atroces que la vida real nos ha mostrado, insensibilizándonos de forma que asumimos ese tipo de noticias más con morbo que espanto. Pues ese es uno de los milagros del cine, nos plantea las historias desde otra perspectiva, de tal modo que la frialdad de ver la noticia en tercera persona desaparezca para zambullirnos de pleno y formar parte de esa trama.
Nos decían de pequeños que si una lagartija te escupía te quedarías calvo en ese mismo momento, o que si veíamos la tele demasiado cerca nos quedaríamos ciegos, mentirijillas inocentes que vamos descubriendo con el paso del tiempo, pero ¿qué ocurriría si pisamos el suelo que se encuentra tras la cerca de la casa? Una farsa muy trabajada e imposible de mantener de por vida, cada vez hay que mentir más y más, inventar historias que sobrepasan los límites de lo extravagante, y en algunos casos los límites de la legalidad o moralidad. Porque con una visión asfixiante iremos entrando en una serie de situaciones cómicas en las que la sonrisa del principio dará paso a un tic nervioso y a la repulsión.
Peaky Boy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow