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Voto de Siferval:
8

Voto de Siferval:
8
7.2
26,997
1 de marzo de 2020
1 de marzo de 2020
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vuelta de Guy Ritchie (Snatch: Cerdos y Diamantes) al género que le dio a conocer en el resto del mundo, tras Rock´n´rolla en 2008, es un diáfano retrato del mundo gangsteril en Inglaterra, siempre tratado con el estilo irreverente, cínico y cómico que sólo el director británico sabe hacer.
En este caso, y con la vuelta a casa (sí, por qué no decirlo) Ritchie se rodea de un nutrido grupo de actores con tablas y saber hacer en esto del cine: Matthew McConaughey (Interestellar) parte como el supuesto protagonista si miramos que la trama gira en torno a él, pero el punto fuerte de la cinta es que aquí cualquiera puede ser el protagonista porque bajo esa trama principal subyacen más historias que giran alrededor de esta principal y que presenta a personajes más variopintos que su ilustre "protagonista". Como en toda película que se precie de Guy Ritchie, esos personajes diferentes son una constante en su cine y en The Gentlemen no iba a ser menos. Por lo pronto, el inicio ya demuestra que Mateo no es es cabecilla solitario de la cinta y deja que una parte del peso recaiga sobre un estupendo Charlie Hunnam (Z. La Ciudad Perdida) y un sorprendente Hugh Grant (Notting Hill) que logra hacerse con gran parte de la pantalla cada vez que aparece. A ellos se unen, ya con menor peso pero no sin importancia los roles de Jeremy Strong (La Sucesión), la televisiva Michelle Dockery (Downton Abbey) o Eddie Marsan (Sherlock Holmes). Mención aparte merece la aparición de un grandísimo Colin Farrell (Ondine), que en sus pocos minutos logra convertirse en un auténtico robaescenas y nos entrega un personaje (personajazo) puro, franco y con un sentido del honor y el deber intachable. También es el único que no responde a un nombre propio (recordando al Clasificador interpretado por Mark Strong en Revolver).
The Gentlemen es una película dinámica, que abre varias vías narrativas que van y vienen hasta converger en un final estilo Guy Ritchie, aunque no es tan desaforada como las primeras cintas. Amalgama diferentes géneros aunque el thriller es el principal, pero también se aproxima al género de misterio y la comedia cínica y sarcástica está a la orden del día. No en vano, esos diálogos punzantes son su punto fuerte y nos mantienen atentos a las batallas dialécticas que cruzan los personajes entre ellos. Además, es original en su punto de partida y hace guiños a la propia industria cinematográfica. También es una crítica a la pérdida de valores de la sociedad actual; y como tal estos Caballeros se hacen llamar así porque son los abanderados de una generación que se pierde ante el advenimiento de las nuevas generaciones, faltas de respeto y ambiciosas de conseguir todo por la vía fácil y rápida. También muestra que la codicia no es buena y que la forma de plasmarla es inteligente y resuelta. Es elegante, aunque esté por las calles constantemente, porque sus personajes lo valen. Y va al barro aunque vista de esmoquin.
Como último apunte, y creo que por petición popular: el personaje de Colin Farrell merece un spin off.
En este caso, y con la vuelta a casa (sí, por qué no decirlo) Ritchie se rodea de un nutrido grupo de actores con tablas y saber hacer en esto del cine: Matthew McConaughey (Interestellar) parte como el supuesto protagonista si miramos que la trama gira en torno a él, pero el punto fuerte de la cinta es que aquí cualquiera puede ser el protagonista porque bajo esa trama principal subyacen más historias que giran alrededor de esta principal y que presenta a personajes más variopintos que su ilustre "protagonista". Como en toda película que se precie de Guy Ritchie, esos personajes diferentes son una constante en su cine y en The Gentlemen no iba a ser menos. Por lo pronto, el inicio ya demuestra que Mateo no es es cabecilla solitario de la cinta y deja que una parte del peso recaiga sobre un estupendo Charlie Hunnam (Z. La Ciudad Perdida) y un sorprendente Hugh Grant (Notting Hill) que logra hacerse con gran parte de la pantalla cada vez que aparece. A ellos se unen, ya con menor peso pero no sin importancia los roles de Jeremy Strong (La Sucesión), la televisiva Michelle Dockery (Downton Abbey) o Eddie Marsan (Sherlock Holmes). Mención aparte merece la aparición de un grandísimo Colin Farrell (Ondine), que en sus pocos minutos logra convertirse en un auténtico robaescenas y nos entrega un personaje (personajazo) puro, franco y con un sentido del honor y el deber intachable. También es el único que no responde a un nombre propio (recordando al Clasificador interpretado por Mark Strong en Revolver).
The Gentlemen es una película dinámica, que abre varias vías narrativas que van y vienen hasta converger en un final estilo Guy Ritchie, aunque no es tan desaforada como las primeras cintas. Amalgama diferentes géneros aunque el thriller es el principal, pero también se aproxima al género de misterio y la comedia cínica y sarcástica está a la orden del día. No en vano, esos diálogos punzantes son su punto fuerte y nos mantienen atentos a las batallas dialécticas que cruzan los personajes entre ellos. Además, es original en su punto de partida y hace guiños a la propia industria cinematográfica. También es una crítica a la pérdida de valores de la sociedad actual; y como tal estos Caballeros se hacen llamar así porque son los abanderados de una generación que se pierde ante el advenimiento de las nuevas generaciones, faltas de respeto y ambiciosas de conseguir todo por la vía fácil y rápida. También muestra que la codicia no es buena y que la forma de plasmarla es inteligente y resuelta. Es elegante, aunque esté por las calles constantemente, porque sus personajes lo valen. Y va al barro aunque vista de esmoquin.
Como último apunte, y creo que por petición popular: el personaje de Colin Farrell merece un spin off.