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Voto de HEIFER:
5
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5
7.4
33,201
Intriga. Cine negro
Fred Madison (Bill Pullman), un músico de jazz que vive con su esposa Renee (Patricia Arquette), recibe unas misteriosas cintas de vídeo en las que aparece una grabación de él con su mujer dentro de su propia casa. Poco después, durante una fiesta, un misterioso hombre (Robert Blake) le dice que está precisamente en su casa en ese instante. Las sospechas de que algo raro está pasando se tornan terroríficas cuando ve la siguiente cinta de video... (FILMAFFINITY) [+]
29 de febrero de 2008
29 de febrero de 2008
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos películas muy diferentes son las que veo yo en Carretera Perdida; una es verdaderamente genial y absorbente, y la otra innecesaria, inesperada y a todas luces mucho más aburrida.
La que roza la maestría, es la que empieza nada más terminar los atractivos títulos de crédito del principio, la que nos sitúa en una casa habitada por un músico de Jazz y su pareja; la versión lyncheana (y quizás la inspiración) de la idea que más tarde utilizara Michael Haneke en Caché, la que nos cuenta mediante una frialdad exasperante y una ambientación que consigue la inquietud y trastorna nuestra paciencia el cómo un matrimonio se ve acosado y amenazado por una persona anónima que le envia cintas de video con grabaciones de su casa; la que nos mete de lleno en una historia sórdida, la que adquiere tintes de pesadilla, la que nos hace hacernos preguntas...
La otra, la inesperada, es la que da el giro radical con afán de sorprendernos; pero también es la que nos hace caer en el hastío, la que nos llega a aburrir, la que hace que terminemos por no hacernos tantas peguntas y echemos de menos la idea del comienzo o al menos esperemos un final que salve los trastos; la que hace que todo nos empiece a dar igual, la que se pierde en ella misma intentando que nos perdamos en ella; la del porno, la de la mafia que se mueve en ese mundo, la menos brillante, la más inconexa, la que no nos atrae ni siquiera visualmente, la que parecía importarle realmente al director...
La cosa es que ambas "películas" están irremediablemente conectadas la una con la otra, y ninguna puede existir por sí sola; como si fuesen las escenas de un mal sueño que nadie se dignará nunca a explicarnos, como gran parte de la obra de Lynch... porque cuando Lynch nos quiere perturbar nos perturba; y nos enfada, o nos saca de nuestras casillas. Y porque cuando Lynch quiere jugar con el espectador, lo hace y encima no se molesta en dar explicaciones ni en pedirle perdón; y eso gusta o no según cómo sea el espectador con el que juegue; de la paciencia que tenga, de lo que pida a una película, del humor con el que le coja...
Lo que no se le puede negar, es que acercarse a Lynch, siempre resulta una experiencia inolvidable, como aquella vez que echas el mejor polvo de tu vida, o aquella vez que te pegaron una paliza para robarte.
Esperemos que tanto para la película en sí, como para lo de la experiencia inolvidable se os parezca más a lo primero. A mí personalmente me parece una obra bastante irregular, y eso en una película de esta tipología es imperdonable; o te atrapa desde el principio y no te suelta hasta que acaba como hace Eraserhead, o mal asunto... Lo que sí estoy seguro es que la mierda de reparto que compone la cinta tiene parte de culpa en mi valoracion final. En fin... disfrútenla.
La que roza la maestría, es la que empieza nada más terminar los atractivos títulos de crédito del principio, la que nos sitúa en una casa habitada por un músico de Jazz y su pareja; la versión lyncheana (y quizás la inspiración) de la idea que más tarde utilizara Michael Haneke en Caché, la que nos cuenta mediante una frialdad exasperante y una ambientación que consigue la inquietud y trastorna nuestra paciencia el cómo un matrimonio se ve acosado y amenazado por una persona anónima que le envia cintas de video con grabaciones de su casa; la que nos mete de lleno en una historia sórdida, la que adquiere tintes de pesadilla, la que nos hace hacernos preguntas...
La otra, la inesperada, es la que da el giro radical con afán de sorprendernos; pero también es la que nos hace caer en el hastío, la que nos llega a aburrir, la que hace que terminemos por no hacernos tantas peguntas y echemos de menos la idea del comienzo o al menos esperemos un final que salve los trastos; la que hace que todo nos empiece a dar igual, la que se pierde en ella misma intentando que nos perdamos en ella; la del porno, la de la mafia que se mueve en ese mundo, la menos brillante, la más inconexa, la que no nos atrae ni siquiera visualmente, la que parecía importarle realmente al director...
La cosa es que ambas "películas" están irremediablemente conectadas la una con la otra, y ninguna puede existir por sí sola; como si fuesen las escenas de un mal sueño que nadie se dignará nunca a explicarnos, como gran parte de la obra de Lynch... porque cuando Lynch nos quiere perturbar nos perturba; y nos enfada, o nos saca de nuestras casillas. Y porque cuando Lynch quiere jugar con el espectador, lo hace y encima no se molesta en dar explicaciones ni en pedirle perdón; y eso gusta o no según cómo sea el espectador con el que juegue; de la paciencia que tenga, de lo que pida a una película, del humor con el que le coja...
Lo que no se le puede negar, es que acercarse a Lynch, siempre resulta una experiencia inolvidable, como aquella vez que echas el mejor polvo de tu vida, o aquella vez que te pegaron una paliza para robarte.
Esperemos que tanto para la película en sí, como para lo de la experiencia inolvidable se os parezca más a lo primero. A mí personalmente me parece una obra bastante irregular, y eso en una película de esta tipología es imperdonable; o te atrapa desde el principio y no te suelta hasta que acaba como hace Eraserhead, o mal asunto... Lo que sí estoy seguro es que la mierda de reparto que compone la cinta tiene parte de culpa en mi valoracion final. En fin... disfrútenla.