Toro Salvaje está repleta de escenas inolvidables. La manera tan efectiva que tiene al mostrar la cotidianidad e intimidades del círculo de su protagonista, es definitivamente, uno de sus máximos pilares para lograr lo que finalmente logra: mantener al espectador admirado por tan increíble película. Otro aspecto de enorme preponderancia es que la película esté en blanco y negro; hace que la película no sólo se vea más atractiva sino que recrudece los momentos de, valga la redundancia, crudeza.

Como era costumbre en aquellos tiempos, las interpretaciones de De Niro (Jake LaMotta) y Joe Pesci (Joey) mantenían un nivel de intensa excelencia que lo que despiertan es una honesta y gran admiración hacia su trabajo. Los dotes interpretativos de estos dos hombres en Toro Salvaje están quizás en su máxima expresión... ¡admirable!

En síntesis, Toro Salvaje es una grandísima película que es sumamente atractiva y que ha logrado, con justicia, ser un referente en el cine de ayer, hoy y mañana.