"La gran boda" triunfa en ser entretenida, rápida y ligeramente divertida, en estar cuidada visualmente y en tener a cuatro bestias de la interpretación, y una "bestiecilla", esta es Katherine Heigl, que elevan una trama muy simple pero que no produce vergüenza ajena.

"La gran boda" falla en desaprovechar a Robin Williams, a Susan Sarandon, que hasta parece que sea una actriz con poco talento para la comedia cuando no es así (véase su Bette Davis en "Feud"), en darle protagonismo a unos jóvenes que no lo merecen y en pecar de poco empeño e ingenio, y mucha previsibilidad, y es que, con algunos cambios, podría haber sido una comedia formidable.

Aunque parezca que lo malo pesa más que lo bueno, a juzgar por la proporción de ambos párrafos, no es así, porque "La gran boda" se deja ver con cierto encanto.