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Voto de Jaime Flores:
6

Voto de Jaime Flores:
6
5.8
423
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (2019). 4 episodios. sobre la figura de la emperatriz rusa Catalina II de Rusia (1729-1796), conocida como Catalina la Grande. (FILMAFFINITY)
Estreno en Reino Unido y España (Sky): 3 octubre 2019.
Estreno en Reino Unido y España (Sky): 3 octubre 2019.
17 de marzo de 2023
17 de marzo de 2023
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No sólo por su talento sino también por su ambición, habida cuenta de la discutible decisión de escogerla a ella para encarnar a Catalina la Grande y, también, por su desorbitado protagonismo, que anega la producción e impide el desarrollo del resto de elementos. De cada diez escenas, Helen aparece en once.
Como si de un agujero negro se tratase, la actriz absorbe, con la complicidad del guionista, todo el interés e impide que cualquier otro personaje saque cabeza. En ese sentido, es más Catalina la Grande que nadie. Ahora bien, desconozco si el problema de la serie, que lo detallaré a continuación, viene a raíz de esto o esto se realizó para suplir lo demás, ya que es tan paradójico como cierto que Mirren es lo mejor de la serie, aún estando pasada de vueltas como lo está.
La serie es vaga, sensacionalista y errática: vaga porque va demasiado deprisa para tratarse de un drama palaciego, no repara en los detalles y no hay temple ni pausa; sensacionalista porque nos pintan a una protagonista tan perversa que cuesta creerla en cualquier género que no sea un culebrón; y errática porque, a no ser que conozcas la vida, obra y milagros de la emperatriz, andarás bastante perdido, pues los hechos suceden porque deben suceder, ausentes de armonía narrativa. ¿Que hay una guerra? Pues hay una guerra. ¿Que Catalina inicia un romance? Pues lo inicia. ¿Que Potemkin se va a tal sitio? Pues adiós.
La edad de Helen Mirren me creó suspicacia durante todo el transcurso, pero debo reconocer que eso se esfumó en los últimos minutos. Es entonces cuando saca a pasear su desbordante talento y, al fin, la vemos angustiada, frágil y humana. Ella es lo mejor de la serie, aún por momentos siendo también lo peor, pero es plausible y realmente sorprendente cómo se echa el peso a las espaldas y logra salvar los muebles. Que nadie dude que si terminé la serie es por Mirren.
No diría que es una serie didáctica ni históricamente honesta, tampoco demasiado esmerada en cuanto a la ambientación y los tonos cromáticos, pero la recomiendo a aquellos que quieran ser testigos de cómo una actriz es más grande que el propio conjunto y juega con él como un gato hace con su ovillo.
Como si de un agujero negro se tratase, la actriz absorbe, con la complicidad del guionista, todo el interés e impide que cualquier otro personaje saque cabeza. En ese sentido, es más Catalina la Grande que nadie. Ahora bien, desconozco si el problema de la serie, que lo detallaré a continuación, viene a raíz de esto o esto se realizó para suplir lo demás, ya que es tan paradójico como cierto que Mirren es lo mejor de la serie, aún estando pasada de vueltas como lo está.
La serie es vaga, sensacionalista y errática: vaga porque va demasiado deprisa para tratarse de un drama palaciego, no repara en los detalles y no hay temple ni pausa; sensacionalista porque nos pintan a una protagonista tan perversa que cuesta creerla en cualquier género que no sea un culebrón; y errática porque, a no ser que conozcas la vida, obra y milagros de la emperatriz, andarás bastante perdido, pues los hechos suceden porque deben suceder, ausentes de armonía narrativa. ¿Que hay una guerra? Pues hay una guerra. ¿Que Catalina inicia un romance? Pues lo inicia. ¿Que Potemkin se va a tal sitio? Pues adiós.
La edad de Helen Mirren me creó suspicacia durante todo el transcurso, pero debo reconocer que eso se esfumó en los últimos minutos. Es entonces cuando saca a pasear su desbordante talento y, al fin, la vemos angustiada, frágil y humana. Ella es lo mejor de la serie, aún por momentos siendo también lo peor, pero es plausible y realmente sorprendente cómo se echa el peso a las espaldas y logra salvar los muebles. Que nadie dude que si terminé la serie es por Mirren.
No diría que es una serie didáctica ni históricamente honesta, tampoco demasiado esmerada en cuanto a la ambientación y los tonos cromáticos, pero la recomiendo a aquellos que quieran ser testigos de cómo una actriz es más grande que el propio conjunto y juega con él como un gato hace con su ovillo.