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Voto de Jaime Flores:
9

Voto de Jaime Flores:
9
7.0
17,273
Comedia. Drama
Montse está emocionadísima porque está a punto de pasar un fin de semana con toda la familia en su casa de Cadaqués, en la Costa Brava. Divorciada desde hace años, su ex tiene una nueva pareja, sus hijos han crecido y hace tiempo que hacen su vida sin hacerle ningún caso. Pero a Montse nada ni nadie conseguirá fastidiarle los ánimos; hace demasiado tiempo que espera este momento. Este fin de semana será sí o sí un fin de semana ... [+]
24 de octubre de 2024
24 de octubre de 2024
24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos dirán que esta familia es disfuncional. Me gustaría saber cuál no lo es. Aquí todo está concentrado en un fin de semana en un mismo lugar, pero en mi familia hemos tenido broncas como las de ellos, incluso peores, y algunos miembros de la misma aún mantienen relaciones tan viciadas como las que vemos en "Casa en flames". Ese es el éxito de una película pretendidamente satírica que no lo es tanto.
Madres que mienten, embrollan, lían, hacen y deshacen porque se creen con ese poder. Padres que se desentienden porque pueden. Hijos que sobreviven a sus padres, uno es un miserable y la otra una infeliz. El cuñado es más cuñado imposible. La nueva novia se hace la simpática aún sabiendo que su suegra es una manipuladora de cuidado, pues aún es demasiado joven para plantarle cara. La nueva pareja del padre entra en escena sabiendo que su presencia es incómoda y aguanta el tipo, pero con límites. Ella ya no es tan joven como la otra y no se dejará avasallar.
En resumen, tenemos a una caterva de personajes dignos de la mejor novela. Personajes dignos de la vida más real. Yo crecí en una familia catalana parecida a la protagonista, también casa en la playa, también barco y también padres separados, y reconozco infinidad de cosas en todos ellos todo el rato. A propósito, los hijos de padres separados verán aquí verdad a borbotones en ese padre que la lía y jamás se responsabiliza de nada, en esa madre rea de la rabia y en esa dinámica matrimonial en la que cualquier chorrada servía para retomar la batalla. La construcción del personaje de Montse es especialmente asombrosa, tan chantajista y maquiavélica que sólo puede ser real.
El plantel de actores es inmejorable. Todos están perfectos en su papel. Enric Auquer dice las cosas de una forma tan natural que asombra*(1). A propósito, un guion de escándalo que radiografía a cada uno de ellos. María Rodríguez Soto muestra una frustración típica en tantas madres que se ven atrapadas entre unas hijas que no paran quietas y un marido negligente como padre. Aunque asombre las cosas que llega a confesar, podemos entenderla. Alberto San Juan está más visto que el tebeo, pero le basta soltar un gruñido en medio de un ataque de ciática para que te arrepientas de ese pensamiento. Y luego está Emma Vilarasau...
En Catalunya estamos hartos de apreciar su talento. La señora estrena una obra de teatro al año, a veces dos, siempre las más sofisticadas del panorama. De Tracy Letts a Arthur Miller pasando por Eurípides. Y muchos recordamos cómo antaño protagonizaba los culebrones más vibrantes de TV3, los cuales yo veía con edad indebida porque mi madre no los perdonaba. Como ninguna de sus amigas, esas burguesas catalanas que ella personifica aquí. Si no le dan el Goya no sé a quién se lo van a dar. ¿A la puñetera Bette Davis resucitada?
Sólo un fallo, y uno gordo: no conozco a ningún matrimonio en el que, entre ellos, uno de ellos hable en castellano y la otra en catalán o viceversa. Sí existen matrimonios que les hablan en idiomas distintos a sus hijos, mis padres mismamente, pero jamás entre ellos. No comprendo cómo Dani de la Orden ha podido caer en eso. Por lo demás, celebro una película catalana situada en Catalunya en la que los personajes hablan catalán y castellano indistintamente, porque eso sí que es así. Películas como esta son una celebración por el mero hecho de existir (ni falta decir que hay que verla en original). Que sean líderes en taquilla ya es la pera. Y que sean tan extraordinarias como "Casa en llames" es el apoteosis.
Madres que mienten, embrollan, lían, hacen y deshacen porque se creen con ese poder. Padres que se desentienden porque pueden. Hijos que sobreviven a sus padres, uno es un miserable y la otra una infeliz. El cuñado es más cuñado imposible. La nueva novia se hace la simpática aún sabiendo que su suegra es una manipuladora de cuidado, pues aún es demasiado joven para plantarle cara. La nueva pareja del padre entra en escena sabiendo que su presencia es incómoda y aguanta el tipo, pero con límites. Ella ya no es tan joven como la otra y no se dejará avasallar.
En resumen, tenemos a una caterva de personajes dignos de la mejor novela. Personajes dignos de la vida más real. Yo crecí en una familia catalana parecida a la protagonista, también casa en la playa, también barco y también padres separados, y reconozco infinidad de cosas en todos ellos todo el rato. A propósito, los hijos de padres separados verán aquí verdad a borbotones en ese padre que la lía y jamás se responsabiliza de nada, en esa madre rea de la rabia y en esa dinámica matrimonial en la que cualquier chorrada servía para retomar la batalla. La construcción del personaje de Montse es especialmente asombrosa, tan chantajista y maquiavélica que sólo puede ser real.
El plantel de actores es inmejorable. Todos están perfectos en su papel. Enric Auquer dice las cosas de una forma tan natural que asombra*(1). A propósito, un guion de escándalo que radiografía a cada uno de ellos. María Rodríguez Soto muestra una frustración típica en tantas madres que se ven atrapadas entre unas hijas que no paran quietas y un marido negligente como padre. Aunque asombre las cosas que llega a confesar, podemos entenderla. Alberto San Juan está más visto que el tebeo, pero le basta soltar un gruñido en medio de un ataque de ciática para que te arrepientas de ese pensamiento. Y luego está Emma Vilarasau...
En Catalunya estamos hartos de apreciar su talento. La señora estrena una obra de teatro al año, a veces dos, siempre las más sofisticadas del panorama. De Tracy Letts a Arthur Miller pasando por Eurípides. Y muchos recordamos cómo antaño protagonizaba los culebrones más vibrantes de TV3, los cuales yo veía con edad indebida porque mi madre no los perdonaba. Como ninguna de sus amigas, esas burguesas catalanas que ella personifica aquí. Si no le dan el Goya no sé a quién se lo van a dar. ¿A la puñetera Bette Davis resucitada?
Sólo un fallo, y uno gordo: no conozco a ningún matrimonio en el que, entre ellos, uno de ellos hable en castellano y la otra en catalán o viceversa. Sí existen matrimonios que les hablan en idiomas distintos a sus hijos, mis padres mismamente, pero jamás entre ellos. No comprendo cómo Dani de la Orden ha podido caer en eso. Por lo demás, celebro una película catalana situada en Catalunya en la que los personajes hablan catalán y castellano indistintamente, porque eso sí que es así. Películas como esta son una celebración por el mero hecho de existir (ni falta decir que hay que verla en original). Que sean líderes en taquilla ya es la pera. Y que sean tan extraordinarias como "Casa en llames" es el apoteosis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*(1) ¿Ahora soy el hijo de Bárcenas? ¿El de Taburete?