"La muerte os sienta tan bien" es una película con sello propio y suficientemente absurda, decadente, macarra y atrevida como para ser en un icono del cine. Me recuerda mucho a "Las brujas de Eastwick", tanto en la ambientación oscura y hortera como en el reparto talentoso y flexible como para meterse en un producto así, pasando por un guión mediocre y unos efectos especiales bastante deficientes en algunos momentos*(1).
El argumento es bueno. El desarrollo ya no tanto, perdiéndose en distintos puntos del metraje. Aún así, la película es más que solvente para lo que está hecha, que no es otra cosa que divertir al personal. Posee escenas realmente gloriosas*(2), que son lo que, finalmente, queda grabado en la mente de los espectadores.
Meryl Streep se entrega absolutamente a este circo de tres pistas, logrando una interpretación espléndida y siendo la verdadera reina de este espectáculo. Goldie Hawn la sigue de cerca pero no consigue arrebatarle el trono. Ella, personalmente, me fascina, con ese aire a actriz fracasada y algo choni pero que siempre resuelve con éxito su cometido. Varios escalones por debajo tenemos a Bruce Wills, que, aunque realiza una actuación muy buena, bastante alejada a lo que hemos visto de él, queda opacado por la arrolladora personalidad de sus amantes. El contrapunto negativo está en Isabella Rossellini, de la que no me convence ni su personaje ni su interpretación.
La película se crece contra más vueltas de tuerca da. Las resurrecciones, las peleas entre Streep y Hawn y el glorioso final es lo que define a esta película.
spoiler:
*(1): mientras en unos momentos los efectos especiales son más que correctos (las diferentes caídas por escaleras, el agujero en el estómago), pero en otros, concretamente cuando Streep resucita y anda con la cabeza girada, resulta penoso.
*(2): Meryl Streep ensayando su sorpresa al encontrarse con Goldie Hawn, los rejuvenecimientos de ambas, las uñas de Streep rasgando la columna, el "¡Tengo un agujero en mi estómago!" y la joya de final: los velos, las risas en el entierro, sus problemas al andar, sus discusiones y sus caídas y roturas, la decadencia en estado puro.