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Voto de Miquel:
8
7.6
3,155
Comedia. Drama. Romance
Narra la amistad y desventuras de tres curiosos artistas sin blanca en el París bohemio. Marcel, un escritor sin trabajo que se dedica a recoger botellas vacías, Rodolfo, un pintor albanés sin papeles, y Schaunard, un compositor irlandés. Los tres intentan sobrevivir a su mala situación económica ayudándose mutuamente. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2008
34 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Décimo largometraje del finlandés Aki Kaurismaki. Escrito por él, el guión adapta la novela "Scènes de la vie de bohème" (1847/49), de Henri Murger, inspirada en hechos reales y en referencias autobiográficas. Se rueda en exteriores de Paris y en escenarios interiores reales. Obtiene el premio Fipresci de Berlín y dos premios del cine europeo (actor principal y actor reparto). Producido por Aki Kaurismaki, se proyecta en público por primera vez el 18-II-1992 (Festival de Berlín).
La acción dramática tiene lugar en Paris, Malakoff e Ivry-sur-Seine (Île-de-France), a lo largo de algo más de un año, en 1991/92. El dramaturgo Marcel, el pintor Rodolfo y el músico y compositor Schaunard, residentes en París, entablan amistad y comparten experiencias, mientras sus vidas discurren a salto de mata, entre estrecheces, sablazos, frío y contratiempos. Marcel es francés, Rodolfo albanés y Schaunard irlandés. Los tres se dedican al arte de modo exclusivo, sin destacar y con escasos ingresos. Rodolfo es el "alter ego" del novelista Henri Murger y Schaunard de su amigo Alexander Schanne.
El film es una comedia dramática dividida en cuadros costumbristas, que destilan realismo y romanticismo, humor y tragedia, ironía y desesperación. Los protagonistas son personajes sencillos, próximos, creíbles y desafortunados, cuyas historias sirven al autor para mostrar la otra cara de la prosperidad moderna. La narración es sobria, minuciosa, rigurosa y equilibrada por lo que respecta a fondo y forma. El realizador administra una notable economía expresiva, que no impide que la comunicación sea rica en contenidos. Se mantiene a distancia de los personajes, que aparecen dotados de un singular estatismo y dialogan con parsimonia y tiempos muertos. En el film se combina lo grotesco y lo dramático, lo ridículo y lo trágico, en mayor medida que en otras cintas del autor, dotado de maestría inusual para la construcción de gags tragicómicos. Pasan hambre, pero el día que tienen suerte en el juego y compran pan del día, embutidos, fruta y vino, Marcel y Rodolfo no tienen apetito. Especulan sobre temas extravagantes, como "la importancia del azul en el arte". Se congratulan, con sorna, de lo bien que se vende el arte en Paris. En los días más crudos de invierno queman en la estufa manuscritos de poemas propios para caldear la habitación (hecho real).
El texto incorpora numerosas referencias de homenaje y simpatía. Por lo que respecta al cine sobresalen los cameos de Malle y Fuller, la presencia de Léaud en el reparto, la cita de Lino Ventura y los encuadres dedicados a Robert Bresson ("Pickpocket"). Entre los guiños iliterarios se cuentan los de Shakespeare, Balzac, Rimbaud y Baudelaire. Se dedica una mención especial a Henri Murger (su panteón en el cementerio). Malévich como pintor y Schoemberg como músico son recordados con simpatía.
La acción dramática tiene lugar en Paris, Malakoff e Ivry-sur-Seine (Île-de-France), a lo largo de algo más de un año, en 1991/92. El dramaturgo Marcel, el pintor Rodolfo y el músico y compositor Schaunard, residentes en París, entablan amistad y comparten experiencias, mientras sus vidas discurren a salto de mata, entre estrecheces, sablazos, frío y contratiempos. Marcel es francés, Rodolfo albanés y Schaunard irlandés. Los tres se dedican al arte de modo exclusivo, sin destacar y con escasos ingresos. Rodolfo es el "alter ego" del novelista Henri Murger y Schaunard de su amigo Alexander Schanne.
El film es una comedia dramática dividida en cuadros costumbristas, que destilan realismo y romanticismo, humor y tragedia, ironía y desesperación. Los protagonistas son personajes sencillos, próximos, creíbles y desafortunados, cuyas historias sirven al autor para mostrar la otra cara de la prosperidad moderna. La narración es sobria, minuciosa, rigurosa y equilibrada por lo que respecta a fondo y forma. El realizador administra una notable economía expresiva, que no impide que la comunicación sea rica en contenidos. Se mantiene a distancia de los personajes, que aparecen dotados de un singular estatismo y dialogan con parsimonia y tiempos muertos. En el film se combina lo grotesco y lo dramático, lo ridículo y lo trágico, en mayor medida que en otras cintas del autor, dotado de maestría inusual para la construcción de gags tragicómicos. Pasan hambre, pero el día que tienen suerte en el juego y compran pan del día, embutidos, fruta y vino, Marcel y Rodolfo no tienen apetito. Especulan sobre temas extravagantes, como "la importancia del azul en el arte". Se congratulan, con sorna, de lo bien que se vende el arte en Paris. En los días más crudos de invierno queman en la estufa manuscritos de poemas propios para caldear la habitación (hecho real).
El texto incorpora numerosas referencias de homenaje y simpatía. Por lo que respecta al cine sobresalen los cameos de Malle y Fuller, la presencia de Léaud en el reparto, la cita de Lino Ventura y los encuadres dedicados a Robert Bresson ("Pickpocket"). Entre los guiños iliterarios se cuentan los de Shakespeare, Balzac, Rimbaud y Baudelaire. Se dedica una mención especial a Henri Murger (su panteón en el cementerio). Malévich como pintor y Schoemberg como músico son recordados con simpatía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Añade referencias surrealistas (trucha bicéfala), simbolistas (dos cisnes ocultan el inicio de una escena de amor) e hiperbólicas (eclosión de la primavera). Los protagonistas lucen lagunas garrafales de conocimientos (confunden a Shakespeare con un filósofo), exageran desaforadamente (Balzac consumía 72 cafés al día) y dicen cosas disparatadas que son ciertas (el café fue descubierto en Arabia por una cabra).
La música combina composiciones clásicas (Mozart y Tchaikovsky), melodías vocales (Dania), ritmos modernos (Little Willie John) y asiáticas (Yoshinao Nakata). La fotografía, de Tino Salminen, en B/N, ofrece imágenes de cuidada composición, luces contrastadas, negros saturados y acusados perfiles de luz. Predominan los encuadres de doble figura, que minimizan la necesidad del plano/contraplano. Resalta el dramático estatismo de los personajes. Las interpretaciones son acertadas, en especial la de Matti Pellonpää en el papel del protagonista Rodolfo.
La música combina composiciones clásicas (Mozart y Tchaikovsky), melodías vocales (Dania), ritmos modernos (Little Willie John) y asiáticas (Yoshinao Nakata). La fotografía, de Tino Salminen, en B/N, ofrece imágenes de cuidada composición, luces contrastadas, negros saturados y acusados perfiles de luz. Predominan los encuadres de doble figura, que minimizan la necesidad del plano/contraplano. Resalta el dramático estatismo de los personajes. Las interpretaciones son acertadas, en especial la de Matti Pellonpää en el papel del protagonista Rodolfo.