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Voto de Miquel:
8
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Romance. Drama
Ben Sanderson (Nicolas Cage), un guionista alcohólico, acaba de perder su trabajo en Hollywood debido a que sus problemas con la bebida afectan a su rendimiento. Sin amigos y sin familia, decide ir a Las Vegas con el propósito de beber hasta morir. Nada más llegar a la ciudad, conoce a Sera (Elisabeth Shue), una atractiva prostituta que trabaja en la calle de la que se queda prendado. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2009
96 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
Séptimo largometraje del realizador británico Mike Figgis (“Miss Julie”, 1999), rodado en EEUU, es su obra más acreditada. El guión, del propio Figgis, adapta la novela “Leaving Las Vegas” (1990), de John O’Brien, única del autor y de carácter autobiográfico. Se rueda en escenarios reales de California (L.A., Burbank, Santa Mónica...), Nevada (Las Vegas) y Canadá (Halifax) y en estudio, con un presupuesto ajustado de 4 M USD. Nominado a 4 Oscar, gana uno (actor, Nicolas Cage). Producido por Lila Cazés para Lumière Pictures e Initial Productions, se proyecta por primera vez en público el 15-IX-1995 (Toronto Film Festival).
La acción dramática tiene lugar en Hollywood y Las Vegas, a lo largo de unas semanas, en 1995. Benjamin “Ben” Sanderson, guionista, pierde el trabajo a causa de su adicción al alcohol. Recibe la noticia de su despido sin sorpresas y sin hostilidad. Se traslada a Las Vegas decidido a beber sin freno hasta morir. Elige la ciudad de Las Vegas porque en ella los bares permanecen abiertos las 24 horas del día. Allí conoce a Sera (Shue), una joven y atractiva muchacha, que trabaja como prostituta. Él es un hombre desesperado, solitario, sin familia y con deseos de que su vida acabe en poco tiempo. Ella es dulce, amable, sensual, sensible y comprensiva.
El film suma drama, alcoholismo, prostitución y romance. Superpone dos historias dramáticas, la de Ben y la de Sera. Ben se halla inmerso en un proceso acelerado de autodestrucción, del que no quiere salir ni por la vía del suicidio rápido, ni por la de someterse a un tratamiento de desintoxicación y deshabituación. Sera, proviene de una amarga experiencia sadomasoquista. Su chulo, Yuri (Sands), un inmigrante letón, desaparece súbitamente. El film explora el mundo del alcoholismo en su fase más avanzada. Muestra los niveles de autodestrucción y degradación a los que puede llegar una persona, arrastrada por la adicción al alcohol. El retrato que compone, con delirios, desvaríos etílicos y alucinaciones, es impresionante y conmovedor. La descripción es seca, cortante y despiadadamente realista. No hay hipérboles, ni artificios. Las escenas que se muestran hielan el alma. Las elipsis y la suavización de las imágenes las acompañan son las justas para evitar irritación y rechazo.
El film estudia de modo sucinto pero efectivo el mundo de la prostitución femenina. Es de gran interés la descripción del universo que la rodea, hecho de perversiones, abusos, maltratos y agresiones. La prostituta suele ser una mujer que ha tenido escasas oportunidades de educación y formación y que se ha visto obligada a ejercer una profesión degradante por coacciones, violencia o tráfico de personas. Resulta patético que haya usuarios de servicios de prostitución que pretendan justificar sus agresiones a mujeres indefensas bajo el delirante pretexto de castigar la mala conducta de éstas.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Hollywood y Las Vegas, a lo largo de unas semanas, en 1995. Benjamin “Ben” Sanderson, guionista, pierde el trabajo a causa de su adicción al alcohol. Recibe la noticia de su despido sin sorpresas y sin hostilidad. Se traslada a Las Vegas decidido a beber sin freno hasta morir. Elige la ciudad de Las Vegas porque en ella los bares permanecen abiertos las 24 horas del día. Allí conoce a Sera (Shue), una joven y atractiva muchacha, que trabaja como prostituta. Él es un hombre desesperado, solitario, sin familia y con deseos de que su vida acabe en poco tiempo. Ella es dulce, amable, sensual, sensible y comprensiva.
El film suma drama, alcoholismo, prostitución y romance. Superpone dos historias dramáticas, la de Ben y la de Sera. Ben se halla inmerso en un proceso acelerado de autodestrucción, del que no quiere salir ni por la vía del suicidio rápido, ni por la de someterse a un tratamiento de desintoxicación y deshabituación. Sera, proviene de una amarga experiencia sadomasoquista. Su chulo, Yuri (Sands), un inmigrante letón, desaparece súbitamente. El film explora el mundo del alcoholismo en su fase más avanzada. Muestra los niveles de autodestrucción y degradación a los que puede llegar una persona, arrastrada por la adicción al alcohol. El retrato que compone, con delirios, desvaríos etílicos y alucinaciones, es impresionante y conmovedor. La descripción es seca, cortante y despiadadamente realista. No hay hipérboles, ni artificios. Las escenas que se muestran hielan el alma. Las elipsis y la suavización de las imágenes las acompañan son las justas para evitar irritación y rechazo.
El film estudia de modo sucinto pero efectivo el mundo de la prostitución femenina. Es de gran interés la descripción del universo que la rodea, hecho de perversiones, abusos, maltratos y agresiones. La prostituta suele ser una mujer que ha tenido escasas oportunidades de educación y formación y que se ha visto obligada a ejercer una profesión degradante por coacciones, violencia o tráfico de personas. Resulta patético que haya usuarios de servicios de prostitución que pretendan justificar sus agresiones a mujeres indefensas bajo el delirante pretexto de castigar la mala conducta de éstas.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El film presenta una conmovedora historia de un amor. Muestra cómo y en qué medida, incluso en situaciones extremas de desesperación, se puede encontrar alivio y consuelo dando y recibiendo amor. El film deviene una historia singular y atípica de amor, de un amor extraordinario entre dos personas atormentadas, desasistidas y abandonadas a su suerte. Es de enorme interés la descripción que se presenta de una relación amorosa entre un hombre y una mujer, que se respetan mutuamente, que no se imponen condiciones, que se tratan con respeto y libertad.
Es admirable que en los confines de la vida, dos personas humanas no especialmente cualificadas, sepan desarrollar una relación tan limpia, transparente, libre, cautivadora y auténtica. Sorprende el estoicismo de Ben y la presencia de ánimo que exhibe. No menos admirable es la serena aceptación de la voluntad de Ben por parte de Sera, su resignación ante lo inevitable, la firmeza de su afecto y la fortaleza de su ánimo. Ella seguirá su camino, pero la vida ya no será igual, porque ha conocido el amor verdadero. Es sorprendente la definición que se hace del amor: no pone condiciones, no busca ventajas, no es interesado, no impone restricciones, no coarta la libertad de la pareja, no crea dependencias. El film explica que amor es entrega, aceptación, respeto y compañía.
Las interpretaciones de Nicolas Cage y Elisabeth Shue son magníficas. La cinta, salvadas las diferencias, guarda algunos paralelismos con “La gran comilona” (Ferreri, 1973), “Días sin huella” (Wilder, 1945) y “Días de vino y rosas” (Edwards, 1962).
La música, compuesta y seleccionada por Mike Figgis, aporta una banda sonora intensa, variada y vibrante, de 25 cortes y de aires dramáticos y trágicos. En la orquesta Mike Figgis toca la trompeta y los teclados. Añade tres canciones jazzísticas de Sting: “Angel Eyes”, “My One and Only Love” y "It's A Lonesone Old Town". Incorpora una canción (“Ridicolous”), escrita e interpretada por Nicolas Cage. La fotografía, de Declan Quinn, en color, presenta imágenes nocturnas efectistas, crea planos de gran fuerza y construye secuencias de notable dureza y realismo. La filmación se hace "in situ", sin licencias y en 16 mm a causa de limitaciones presupuestarias. La visualidad es atractiva, de fuertes contrastes y muy dinámica, pero no por ello videoclipera.
Gran film sobre el alcoholismo, la prostitución y, sobre todo, el amor verdadero.
Es admirable que en los confines de la vida, dos personas humanas no especialmente cualificadas, sepan desarrollar una relación tan limpia, transparente, libre, cautivadora y auténtica. Sorprende el estoicismo de Ben y la presencia de ánimo que exhibe. No menos admirable es la serena aceptación de la voluntad de Ben por parte de Sera, su resignación ante lo inevitable, la firmeza de su afecto y la fortaleza de su ánimo. Ella seguirá su camino, pero la vida ya no será igual, porque ha conocido el amor verdadero. Es sorprendente la definición que se hace del amor: no pone condiciones, no busca ventajas, no es interesado, no impone restricciones, no coarta la libertad de la pareja, no crea dependencias. El film explica que amor es entrega, aceptación, respeto y compañía.
Las interpretaciones de Nicolas Cage y Elisabeth Shue son magníficas. La cinta, salvadas las diferencias, guarda algunos paralelismos con “La gran comilona” (Ferreri, 1973), “Días sin huella” (Wilder, 1945) y “Días de vino y rosas” (Edwards, 1962).
La música, compuesta y seleccionada por Mike Figgis, aporta una banda sonora intensa, variada y vibrante, de 25 cortes y de aires dramáticos y trágicos. En la orquesta Mike Figgis toca la trompeta y los teclados. Añade tres canciones jazzísticas de Sting: “Angel Eyes”, “My One and Only Love” y "It's A Lonesone Old Town". Incorpora una canción (“Ridicolous”), escrita e interpretada por Nicolas Cage. La fotografía, de Declan Quinn, en color, presenta imágenes nocturnas efectistas, crea planos de gran fuerza y construye secuencias de notable dureza y realismo. La filmación se hace "in situ", sin licencias y en 16 mm a causa de limitaciones presupuestarias. La visualidad es atractiva, de fuertes contrastes y muy dinámica, pero no por ello videoclipera.
Gran film sobre el alcoholismo, la prostitución y, sobre todo, el amor verdadero.