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Voto de Melón Blando:
8

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8
7.0
3,071
Drama
Maggie tiene cuatro hijos, todos de distintos padres y que, debido al violento ambiente familiar, están a cargo de los servicios sociales británicos. Cuando Maggie conoce a Jorge, un refugiado hispanoamericano, vislumbra la posibilidad de rehacer por fin su hogar. Sin embargo, su pasado sigue atormentándola. Una vez involucrada en la burocracia de la asistencia social, le resultará muy difícil conseguir la custodia de sus hijos, pero ... [+]
3 de junio de 2006
3 de junio de 2006
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con motivo de la Palma de Oro obtenida en el pasado Festival de Cannes por Ken Loach, con "The Wind that Shakes the Barley", valga escribir unas pocas palabras acerca de su obra y a propósito de "Ladybird, Ladybird".
Ken Loach es un tipo de director cuyos films me he resistido a ver hasta ahora. Con Bertrand Tavernier me ocurre un poco lo mismo. No con los hermanos Dardenne, por ejemplo. El cine de Ken Loach -y "Ladybird, Ladybird" es una muestra de ello- es catalogado como cine de denuncia social, con un compromiso firme con su realidad más cercana ("Ladybird, Ladybird"), o más lejana ("La canción de Carla"). Incluso hasta el punto de catalogarlo por parte de algunos como productor de panfletos por y para la causa obrera.
"Ladybird, Ladybird" me parece que surge, primero, de la firme convicción de Ken Loach en lo que cuenta (la realidad de Maggie y Jorge en la película) lo que dudo se pueda poner en tela de juicio. Su director cree firmemente en la historia porque, entre otras cosas, es una historia creíble basada en un hecho real. No por ser terreno de ficción pasa a ser menos creíble. La interpretación de los dos actores (Crissy Rock y Vladimir Vega) ayuda y mucho en esa dirección. Luego está la intención del director, creo, en conseguir que el espectador se identifique con tales personajes y que se indigne junto a ellos contra los ejecutores del control social ejercido por el Estado. Yo mismo me sorprendí insultando a los trabajadores sociales que aparecen en la película (soy diplomado en trabajo social) incluso antes que lo hicieran Maggie o Jorge mismos.
Si la intención de Ken Loach era hacer surgir tal efecto en el espectador, en mi caso lo logró. Se llama empatía. Ahora bien, ¿se le puede llamar Cine con mayúsculas a "Ladybird, Ladybird"? El jurado presidido por Wong Kar-Wai en Cannes bien lo consideró en el caso de "The Wind that Shakes the Barley". A mi modo de ver, que este señor llamado Ken Loach siga haciendo películas como "Ladybird, Ladybird" y para muchos años. Puesto que no son fruto de las ideas azarosas y arbitrarias de un hombre testarudo, sino más bien de las observaciones solidarias -como tituló en su día Iciar Bollaín- de un hombre testarudo.
Ken Loach es un tipo de director cuyos films me he resistido a ver hasta ahora. Con Bertrand Tavernier me ocurre un poco lo mismo. No con los hermanos Dardenne, por ejemplo. El cine de Ken Loach -y "Ladybird, Ladybird" es una muestra de ello- es catalogado como cine de denuncia social, con un compromiso firme con su realidad más cercana ("Ladybird, Ladybird"), o más lejana ("La canción de Carla"). Incluso hasta el punto de catalogarlo por parte de algunos como productor de panfletos por y para la causa obrera.
"Ladybird, Ladybird" me parece que surge, primero, de la firme convicción de Ken Loach en lo que cuenta (la realidad de Maggie y Jorge en la película) lo que dudo se pueda poner en tela de juicio. Su director cree firmemente en la historia porque, entre otras cosas, es una historia creíble basada en un hecho real. No por ser terreno de ficción pasa a ser menos creíble. La interpretación de los dos actores (Crissy Rock y Vladimir Vega) ayuda y mucho en esa dirección. Luego está la intención del director, creo, en conseguir que el espectador se identifique con tales personajes y que se indigne junto a ellos contra los ejecutores del control social ejercido por el Estado. Yo mismo me sorprendí insultando a los trabajadores sociales que aparecen en la película (soy diplomado en trabajo social) incluso antes que lo hicieran Maggie o Jorge mismos.
Si la intención de Ken Loach era hacer surgir tal efecto en el espectador, en mi caso lo logró. Se llama empatía. Ahora bien, ¿se le puede llamar Cine con mayúsculas a "Ladybird, Ladybird"? El jurado presidido por Wong Kar-Wai en Cannes bien lo consideró en el caso de "The Wind that Shakes the Barley". A mi modo de ver, que este señor llamado Ken Loach siga haciendo películas como "Ladybird, Ladybird" y para muchos años. Puesto que no son fruto de las ideas azarosas y arbitrarias de un hombre testarudo, sino más bien de las observaciones solidarias -como tituló en su día Iciar Bollaín- de un hombre testarudo.