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Voto de juancarlosrema:
8
8.0
28,326
Documental
A finales de los años 60, Sixto Rodríguez, un misterioso músico, fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores que quedaron fascinados por sus melodías conmovedoras y sus letras proféticas. Grabaron dos discos con la convicción de que el artista se convertiría en uno de los más grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó, y el cantante desapareció en medio de rumores sobre su suicidio en un escenario. Mientras ... [+]
25 de julio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ‘documental’ bien narrado y con espíritu cinematográfico.
Sutil, emocionante, sorprendente e irrepetible, aunque (ver spoiler).
Y pese a que las comparaciones sean odiosas, me cuesta no decir lo que pienso, que “Searching for Sugar Man”, como película, es mucho más emocionante e interesante que “Bohemian Rhapsody”, por ejemplo, aunque por supuesto musicalmente también sería una aberración, en mi opinión, situar a éste músico a la altura de Bob Dylan, Queen..., pese a que también me gusten los dos discos de este peculiar personaje.
Pienso que aunque no seas muy aficionado a la música puede llegar a gustarte.
Si lo eres, incluso aunque no entiendas inglés, como complemento recomendaría ver, o mejor, escuchar (está en la red) el concierto de Rodriguez en Ciudad del Cabo (1998), del que se habla en el documental, y su correspondiente:
“Dead men don't tour: Rodriguez in South Africa 1998”
Solo como curiosidad, decir también que me pareció raro y sorprendente, aunque está claro que su explicación tendrá, el hecho de que entre el público sudafricano, al menos en lo publicado en ambos documentales, no se vea ni una persona de color, sobre todo considerando la dimensión de las letras y el espíritu de Rodriguez.
Sutil, emocionante, sorprendente e irrepetible, aunque (ver spoiler).
Y pese a que las comparaciones sean odiosas, me cuesta no decir lo que pienso, que “Searching for Sugar Man”, como película, es mucho más emocionante e interesante que “Bohemian Rhapsody”, por ejemplo, aunque por supuesto musicalmente también sería una aberración, en mi opinión, situar a éste músico a la altura de Bob Dylan, Queen..., pese a que también me gusten los dos discos de este peculiar personaje.
Pienso que aunque no seas muy aficionado a la música puede llegar a gustarte.
Si lo eres, incluso aunque no entiendas inglés, como complemento recomendaría ver, o mejor, escuchar (está en la red) el concierto de Rodriguez en Ciudad del Cabo (1998), del que se habla en el documental, y su correspondiente:
“Dead men don't tour: Rodriguez in South Africa 1998”
Solo como curiosidad, decir también que me pareció raro y sorprendente, aunque está claro que su explicación tendrá, el hecho de que entre el público sudafricano, al menos en lo publicado en ambos documentales, no se vea ni una persona de color, sobre todo considerando la dimensión de las letras y el espíritu de Rodriguez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Qué bonita historia si fuera verdad! Qué bella aun siendo tramposa.
Lo que tiene menos perdón es que hasta la sinopsis sea más falsa que el propio documental, pues lejos de ser neutral, apoya el engaño y lo da por bueno.
Creo que peca en soslayar, pienso que con no muy buena intención, el hecho de que Sixto Rodriguez también fue muy reconocido en Australia (además de Nueva Zelanda y Rodhesia). O sea, que tal vez y en cierto modo, la historia esté edulcorada y falseada, aunque el protagonista sea ajeno a ello. Entre otras cosas, es difícil, imposible mejor dicho, creer que a un artista que fue telonero en 1981 en Australia ni más ni menos que de Midnight Oil, entre otras apariciones importantes, sea tan difícil rastrearlo como cuentan, a no ser que tengas de detective lo mismo que la Abeja Maya.
No obstante, como historia de “semificción” está muy bien. La vida de Sixto sería merecedora de otra película que le haga de verdad y sin engaños justicia.
Si hubiera sido tal y como se cuenta, la hubiera valorado con un 10. Pero con un 1 si valoro y considero sus medias verdades, que al querer pasar por realidad son verdaderas traiciones, tratando de jugar engañosamente con las emociones, pues no te avisa en modo alguno, ni te puedes imaginar, que haya cosas falsas, y determinantes, al cambiar y trastocar el sentido de la historia.
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Lo que tiene menos perdón es que hasta la sinopsis sea más falsa que el propio documental, pues lejos de ser neutral, apoya el engaño y lo da por bueno.
Creo que peca en soslayar, pienso que con no muy buena intención, el hecho de que Sixto Rodriguez también fue muy reconocido en Australia (además de Nueva Zelanda y Rodhesia). O sea, que tal vez y en cierto modo, la historia esté edulcorada y falseada, aunque el protagonista sea ajeno a ello. Entre otras cosas, es difícil, imposible mejor dicho, creer que a un artista que fue telonero en 1981 en Australia ni más ni menos que de Midnight Oil, entre otras apariciones importantes, sea tan difícil rastrearlo como cuentan, a no ser que tengas de detective lo mismo que la Abeja Maya.
No obstante, como historia de “semificción” está muy bien. La vida de Sixto sería merecedora de otra película que le haga de verdad y sin engaños justicia.
Si hubiera sido tal y como se cuenta, la hubiera valorado con un 10. Pero con un 1 si valoro y considero sus medias verdades, que al querer pasar por realidad son verdaderas traiciones, tratando de jugar engañosamente con las emociones, pues no te avisa en modo alguno, ni te puedes imaginar, que haya cosas falsas, y determinantes, al cambiar y trastocar el sentido de la historia.
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