"- Le gusta dar órdenes, ¿verdad capitán Lex?
- Algo más: me gusta ser obedecido".

Vista, creo, tres veces, la primera, siendo jovencito, pensé esto de ella:

"Entretenido western, que
sin embargo, bien mirado, es poquita cosa. Su falta de pretensiones mayores es su mayor baza a favor.
Se ve con agrado y tranquilidad. Aunque no es difícil olvidarla".

Vista por tercera (creo) vez, puesto que, efectivamente, no la recordaba bien pues una vez vista no se tarda demasiado en olvidarla, o para mejor decir, cuesta recordarla, pues, decía, que creo que está francamente bien.
Y es que se nota la mano en la realización de André de Thot, uno de mis preferidos puesto que prácticamente todas sus películas me han gustado. Las hay incluso excelentes, alguna, pocas, muy modestas, y casi todas muy entretenidas.
Como en esta ocasión, que está dirigida con gusto y sentido de espectáculo en cuanto a puesta de escena (preciosos exteriores con montañas nevadas al fondo (Mount whitney, California)) y escenas de acción a caballo difíciles de rodar y que Thot lo hace de forma eficaz y clara, tal y como se hacía en el viejo Hollywood, donde todo estaba pensado al milímetro.
Buenas interpretaciones, con Paul Kelly, actor de carácter del Hollywood dorado, que compone muy bien su papel y grata presencias de característicos del western como Alan Hale Jr, Lon Chaney Jr, Philip Carey y un joven Fess Parker, futuro Daniel Boone televisivo.
Es posible que no tenga excesiva personalidad la cinta, pero mientras la ves te lo pasas bien.

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