Buena película alemana dirigida por Robert Schwentke, del que recuerdo sólo haber visto hace años "Plan de vuelo desaparecida", con Jodie Foster.
En esta ocasión abandona Hollywood para adentrarse en la historia más dura e inclemente de su país, la II Guerra Mundial, y concretamente en un hecho real (aunque parezca todo una pesadilla) acontecido a muy poco de finalizar la contienda.
Mediante una estupenda fotografía en blanco y negro ganadora al premio en su categoría en el reciente Festival Internacional de Cine de Donostia 2017, nos narra el viaje a los infiernos de un jovencísimo soldado desertor que es capaz de hacerse pasar por un capitán de enorme poder, sólo superado en ello por el propia Führer y causar estragos en forma de asesinatos por donde quiera que pasa, ejerciendo de ángel de la muerte con la ayuda de un grupo de soldados desertores que se despojan poco a poco, salvo uno, de lo mínimamente humano con tal de sobrevivir en un clímas in-crescendo de horror y crueldad.
Muy dura en ocasiones, con escenas explícitas de violencia exacerbada, se adentra en su parte final en lo cuasi onírico, tal es la degradación moral que nos lleva a un aparente pero medido y nada gratuito esperpento.
Todo con un ritmo perfecto, resultando muy entretenida en todo momento y con un elenco interpretativo que está en todo momento sencillamente perfecto.
Una excelente cinta sorprendente por momentos, que no deja indiferente a nadie.
Y muy importante, cuando la den en las salas comerciales (si tiene suerte, que nunca se sabe), esperar a los títulos de crédito finales, pues mientras se ven las temibles letras, se ven imágenes a la manera de la cámara oculta, muy divertidas. Están rodadas en la actualidad y tienen muchísima coña.

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