Auténtico trallazo de Bronson en su 3ª Edad. Un Killer de Winner con su actor fetiche rompedor. Charles Bronson acude a una ciudad descontrolada. Ruinas y escombros que de entrada sumen al espectador en la confusión de un escenario agobiante. Winner sigue acosando el cerebro del espectador: La violencia es la dueña de la comunidad pero vemos que la gente sigue con su vida diaria con un ánimo incomprensible. Los personajes entran y salen a las casas más por las ventanas que por las puertas. La policía es numerosa pero se hace a un lado con discreción en los enfrentamientos callejeros.

¿Alguien pregunta por la reinserción social de los marginados? Bronson responde: Se trae su Magnun especial calibre Safari. Arma de reinsertar totalmente. Espectacular es poco. Documental de Bronson de caza. No se trata de ahondar en la violencia y buscar complicadas respuestas sociales, es sencillamente apartar el problema de la delincuencia a un lado para desarrollar un escenario competitivo. No se discuten razones ni soluciones, no hay política. El pueblo festeja la caída de un bárbaro, tiene a su héroe local.

Otro acierto es tomar los asesinatos de inocentes (prolegómenos de violaciones espectaculares, degüellos de viejas en sus casas…) de forma aséptica. Los parientes sufren pero Bronson aparta los sentimientos de un plumazo. Esas cosas quedan obviadas para detrás de las cámaras en todo caso (sigue la explicación en el espoiler). No obstante se añade el apartado cultural para relajar las mentes observadoras. Bronson ama, bebe buen brandy y le gusta la ópera. Algo inverosímil que no se lo cree ni él pero que suma puntos ante la impresionante e impresionada chica.

Festival de Bronson. Película de culto, sin duda.