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España España · Madrid
Voto de TGsiTG:
7
Drama El conflicto palestino-israelí sirve de telón de fondo a este drama. Salma, una viuda palestina, tiene un litigio con el ministro de Defensa israelí. La casa de éste, en la frontera palestino-israelí, linda con su campo de limoneros. Cuando las autoridades deciden que los árboles deben ser talados porque representan una amenaza para el ministro de Defensa y su familia, Salma decide emprender una batalla legal para salvar sus limoneros. (FILMAFFINITY) [+]
16 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1952, el poeta de origen judío Paul Celán, dio lugar a una obra capital del caótico y complicado siglo XX, "Amapola y memoria" es un compendio de poemas escrito en lengua germana que narra un hecho histórico de manera desgarradora, visual, asfixiante, metafórica. La metáfora, figura indispensable de la creación literaria que le da al hecho categoría de arte, y al secreto, oportunidad de visibilización, se emplea en la obra de Celán desde el propio título de su poemario más conocido. La amapola se asocia con el olvido, de tal forma que ésta se contrapone a la memoria. La metáfora y los contrarios, la metáfora como vehículo para contar sin decir es algo que emplea también Eran Riklis en su tercera película.

"Los limoneros" es una metáfora ácida, de complejidad rugosa y cuyas raíces se extienden sin miramientos por la historia de Oriente, en la obra de Riklis, los limones son también identidad, dignidad y humanidad. Metáfora e historia comienzan cuando el ministro de defensa israelí se muda a una de las muchas fronteras que posee el Estado, a partir de ahí, los limones que está en el terreno de Salma y que para ella son toda una vida, se convierten para el ministro en inseguridad y miedo. Eran Riklis explora y entrelaza las posibilidades de su metáfora mediante una serie de espacios y personajes simbólicos. Por un lado, tenemos a la protagonista Salma, viuda palestina, mujer fuerte que vive prácticamente sola y se dedica al cuidado del limonar que su padre le dejó en herencia. Um Naser, como le llaman el resto de conocidos, se contrapone a la mujer del ministro de defensa, Mira Navon, israelí de clase alta, prácticamente recluida en su casa a la sombra de su marido Israel, responsable de las fuerzas de seguridad y origen del conflicto.

La lucha de Salma por preservar su limonar puede resultar simple, pero el contexto y el espacio geográfico en el que se ubica hace que todo sea tenso, violento en cada mirada y palabra, como si las maniobras de cada uno de los implicados fuesen una pequeña pieza de un puzzle que cada vez parece alejarse más de la solución. Eran Riklis consigue con su dirección que las acciones sean más poderosas que las palabras, que el verdadero diálogo no sea el de juzgados, despachos y declaraciones a los medios, sino el que se produce entre las miradas de dos mujeres tan opuestas y tan cercanas, olvido y memoria, dos caras confundiéndose en la misma moneda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TGsiTG
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