Mi primera crítica es para Filmaffinity por no permitir que se pueda valorar una película con un 0, ya que tener que darle un punto a esta película me parece extraordinariamente generoso, mucho más de lo que merece. Ni en mis peores sueños imaginé que podría hacérseme tan larga una película de 80 minutos de metraje.
Vayamos con el argumento: un taxista (que en realidad es el director de la película) recoge en un taxi a los personajes más variopintos en una secuencia de acontecimientos sin sentido, mal hilvanados, sin la más mínima gracia y sin aportarle al espectador ni el mínimo aliciente indispensable para continuar sentado en el sillón tragándose el engendro que nos propone Panahi, un director que, para más inri, aprovecha varias escenas para dedicarse a sí mismo frases autocomplacientes y loas que a cualquier espectador medio le causarían nauseas después de visionar este bodrio. He leído por ahí que este director había sido censurado y se le había prohibido filmar películas en su país durante seis años, lo cual repentinamente ha despertado en mí cierta simpatía por el régimen iraní.
No puedo entender, por más que me lo proponga, el aluvión de críticas positivas que he leído de este simulacro de película si no es por cierto tufillo político que a muchos críticos les parece suficiente razón para engañarnos a los que hasta este momento nos basábamos en ellas para acercarnos a una sala de cine a pasar un buen rato.
Si a pesar de esta crítica, decidís algún día aventuraros en el visionado de este.... (se me acabaron las metáforas), allá vosotros. Yo he hecho todo lo que estaba en mi mano para intentar evitarlo. Tengo la conciencia tranquila.