Jolibú ha echado la casa por la ventana y les ha dado cuanto pedían a la sra Gerwig (y a su amigo Baumbach), ya que saben mucho y son muy listos. Saber tanto y ser tan listos, claro está, es bueno para hacer cine... y también malo. Así que esta película es buena y también es mala.

Empecemos por lo bueno: La recreación de Barbielandia (inspirada, me temo, en el mítico videoclip de Aqua) es perfecta y nos deja boquiabiertos como niños durante un buen rato. El personaje de Ken es un hallazgo: realmente, se roba la película (lo siento, bella Margot). Y hay golpes de humor que -lo confieso- me hicieron reír.

¿Y lo malo? En mi humilde opinión, la película quiere ser demasiadas cosas y no consigue ser más que una de ellas: un moderno cuento de hadas. Las referencias cinematográficas y literarias están muy bien para guiñarse el ojo entre entendidos, pero poco aportan al film. La evangelización feminista que, pese a lo que dicen por aquí muchos congéneres, es suave y tolerable, también es demasiado explícita y discursiva.

Así que, en resumen, es una agradable película para todos los públicos (niños incluidos), pero no complacerá por completo a nadie.