Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with JorgeRTadeo
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por JorgeRTadeo
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de JorgeRTadeo:
6

Voto de JorgeRTadeo:
6
7.2
168,280
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
20 de diciembre de 2009
20 de diciembre de 2009
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que me siento a ver Avatar con ilusión, sin prejuicios. Cameron me divierte, me gusta su sentido de la acción (Aliens) del humor (True Lies) y del espectáculo (Titanic) y celebro su regreso al cine. He visto el asombroso trailer 3D y leído las magníficas críticas, y aunque me tomo con cautela la insistencia en que "Cameron reinventa el cine" esto promete.
En pocos minutos 'Avatar' deja claro que no va a decepcionar en el aspecto técnico, pero tras una introducción prometedora, pronto compruebo con desilusión que su guión no solo no está a la altura de su tecnología, sino que sus ideas tanto argumentales como visuales son a menudo material reciclado de otros blockbusters de calidad variable.
En primer lugar, la idea central del filme es una indisimulada reconversión 'Sci-Fi' del 'Bailando con Lobos' de Kevin Costner, aderezado con un tono 'new age' y filo-ecologista un tanto afectado al estilo 'Pocahontas' (también presente en la ñoña y desapasionada historia de amor), todo enmarcado en un entorno de ensueño con el gusto por la imagen paisajística del Peter Jackson de ESDLA (sin embargo ¿cuanto queda aquí de paisaje 'real'?)
Cuando la acción entra en juego, Cameron echa mano de esa supuesta 'poética de la destrucción' que en esta década con el cineasta apartado de los rodajes se han encargado de que prolifere los temibles Roland Emmerich y Michael Bay. Es descorazonador percatarse que 'Avatar' recoge del primero los personajes arquetipicos y diálogos intrascendentes y del segundo su gusto por estruendosos clímax de acción apabullante, gratuita y excesiva, sin tensión, sin garra. Meros fuegos de artificio.
El diseño de personajes digitales (con un cierto aire a los de la nueva saga 'Star Wars') utiliza el célebre 'motion capture' acuñado por Zemeckis y sublimado por el Gollum de la trilogía de Peter Jackson, una técnica muy efectiva que sin embargo sigue evidenciando algunas carencias en la expresividad facial de los personajes. Además toda la galería de gigantescas aves y criaturas de seis patas, nos recuerdan a 'Harry Potter' o de nuevo 'Star Wars' sin llegar a impactarnos tanto como en su día lo hicieron los entrañables 'animatronics' de 'Parque Jurásico'.
Todas estas referencias me parecen suficientes para poner en seria duda que James Cameron reinvente aquí el cine. Sí, Avatar sublima la técnica, es una delicia visual (y sería aún más deslumbrante sin la oscurecida visión de la pantalla que provocan unas gafas 3D ¿alguien que arregle esto?) Pero perfeccionar no es inventar, ni creo que estas carísimas innovaciones puedan generalizarse (ni adaptarse a otros géneros) como para llegar a revolucionar el cine. Además 'Avatar' está hoy en la cima, pero en una década a lo sumo, algo la habrá dejado obsoleta. Las obras técnicas son efímeras, la auténtica épica perdura al margen la calidad de imagen o efectos especiales (por eso siempre nos quedamos con las antiguas 'Star Wars').
(Continúa en spoiler sin desvelar nada)
En pocos minutos 'Avatar' deja claro que no va a decepcionar en el aspecto técnico, pero tras una introducción prometedora, pronto compruebo con desilusión que su guión no solo no está a la altura de su tecnología, sino que sus ideas tanto argumentales como visuales son a menudo material reciclado de otros blockbusters de calidad variable.
En primer lugar, la idea central del filme es una indisimulada reconversión 'Sci-Fi' del 'Bailando con Lobos' de Kevin Costner, aderezado con un tono 'new age' y filo-ecologista un tanto afectado al estilo 'Pocahontas' (también presente en la ñoña y desapasionada historia de amor), todo enmarcado en un entorno de ensueño con el gusto por la imagen paisajística del Peter Jackson de ESDLA (sin embargo ¿cuanto queda aquí de paisaje 'real'?)
Cuando la acción entra en juego, Cameron echa mano de esa supuesta 'poética de la destrucción' que en esta década con el cineasta apartado de los rodajes se han encargado de que prolifere los temibles Roland Emmerich y Michael Bay. Es descorazonador percatarse que 'Avatar' recoge del primero los personajes arquetipicos y diálogos intrascendentes y del segundo su gusto por estruendosos clímax de acción apabullante, gratuita y excesiva, sin tensión, sin garra. Meros fuegos de artificio.
El diseño de personajes digitales (con un cierto aire a los de la nueva saga 'Star Wars') utiliza el célebre 'motion capture' acuñado por Zemeckis y sublimado por el Gollum de la trilogía de Peter Jackson, una técnica muy efectiva que sin embargo sigue evidenciando algunas carencias en la expresividad facial de los personajes. Además toda la galería de gigantescas aves y criaturas de seis patas, nos recuerdan a 'Harry Potter' o de nuevo 'Star Wars' sin llegar a impactarnos tanto como en su día lo hicieron los entrañables 'animatronics' de 'Parque Jurásico'.
Todas estas referencias me parecen suficientes para poner en seria duda que James Cameron reinvente aquí el cine. Sí, Avatar sublima la técnica, es una delicia visual (y sería aún más deslumbrante sin la oscurecida visión de la pantalla que provocan unas gafas 3D ¿alguien que arregle esto?) Pero perfeccionar no es inventar, ni creo que estas carísimas innovaciones puedan generalizarse (ni adaptarse a otros géneros) como para llegar a revolucionar el cine. Además 'Avatar' está hoy en la cima, pero en una década a lo sumo, algo la habrá dejado obsoleta. Las obras técnicas son efímeras, la auténtica épica perdura al margen la calidad de imagen o efectos especiales (por eso siempre nos quedamos con las antiguas 'Star Wars').
(Continúa en spoiler sin desvelar nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero para crear una épica perdurable no se puede caer en los convencionalismos y descuidos narrativos y de guión que tiene 'Avatar' puesto que el filme adolece de un flagrante desequilibrio entre el imponente apartado técnico y el descuidado aspecto argumental y emocional. Su épica es meramente visual.
Entre tanto truco embelesador, el filme sólo alberga un ingenuo y simplista mensaje anticolonialista articulado en unos villanos de opereta enfrentados a un héroe sin demasiado carisma, pues el guión no saca provecho a los aspectos de potencial interés del personaje al que da vida Sam Worthington (no profundiza en el efecto de la muerte de su hermano o la superación de su invalidez a través de su avatar). Y utiliza como recurso narrativo una 'voz en off' totalmente prescindible. Toda la historia se enmarca además en un futuro indefinido, sin que se nos explique como es la vida en la Tierra, ni conozcamos apenas el pasado de los protagonistas.
Y uno llega exhausto de efectismo sin coartada argumental al (previsible) final de la historia, sin implicación en lo que suceda con esos indígenas de los que no llegamos a conocer mucho más que sus habilidades físicas y un leve esbozo de sus relaciones de poder y supersticiones. Y con todo lo que hemos escuchado acerca de 'Avatar' antes de su estreno, el resultado final se antoja insuficiente. Ni siquiera destaca la música de un James Horner cuya inspiración (salvo excepciones como 'El Nuevo Mundo') parece haberse hundido con el Titanic.
Decir que nada de esto importa porque la experiencia visual es asombrosa, es aceptar la muerte del cine como arte de contar historias o herramienta de emoción y reflexión. Es despojar al cine de todo lo que le han dotado los grandes de este oficio desde que naciera como mera captura de imagen en movimiento. Pero la culpa no es de Cameron, que entrega un trabajo vistoso de indudable espectacularidad y no del todo desdeñable (a pesar de una duración excesiva para lo poco que nos cuenta). La culpa es de aquellos que pretenden encumbrar 'Avatar' como obra magna cuando sus méritos se limitan a la técnica. Si supeditar de manera tan brutal el guión y las emociones a la tecnología es 'inventar el cine del futuro' me declaro desde ya un ferviente nostálgico. Que Eastwood nos pille confesados.
Entre tanto truco embelesador, el filme sólo alberga un ingenuo y simplista mensaje anticolonialista articulado en unos villanos de opereta enfrentados a un héroe sin demasiado carisma, pues el guión no saca provecho a los aspectos de potencial interés del personaje al que da vida Sam Worthington (no profundiza en el efecto de la muerte de su hermano o la superación de su invalidez a través de su avatar). Y utiliza como recurso narrativo una 'voz en off' totalmente prescindible. Toda la historia se enmarca además en un futuro indefinido, sin que se nos explique como es la vida en la Tierra, ni conozcamos apenas el pasado de los protagonistas.
Y uno llega exhausto de efectismo sin coartada argumental al (previsible) final de la historia, sin implicación en lo que suceda con esos indígenas de los que no llegamos a conocer mucho más que sus habilidades físicas y un leve esbozo de sus relaciones de poder y supersticiones. Y con todo lo que hemos escuchado acerca de 'Avatar' antes de su estreno, el resultado final se antoja insuficiente. Ni siquiera destaca la música de un James Horner cuya inspiración (salvo excepciones como 'El Nuevo Mundo') parece haberse hundido con el Titanic.
Decir que nada de esto importa porque la experiencia visual es asombrosa, es aceptar la muerte del cine como arte de contar historias o herramienta de emoción y reflexión. Es despojar al cine de todo lo que le han dotado los grandes de este oficio desde que naciera como mera captura de imagen en movimiento. Pero la culpa no es de Cameron, que entrega un trabajo vistoso de indudable espectacularidad y no del todo desdeñable (a pesar de una duración excesiva para lo poco que nos cuenta). La culpa es de aquellos que pretenden encumbrar 'Avatar' como obra magna cuando sus méritos se limitan a la técnica. Si supeditar de manera tan brutal el guión y las emociones a la tecnología es 'inventar el cine del futuro' me declaro desde ya un ferviente nostálgico. Que Eastwood nos pille confesados.