Debo confesar la inmediata intención de ir por esta película, al ver las tan aclamadas criticas que recibía.

La casi esquizofrénica obsesión de Nina nos crea un clima de suspenso (recurso poco habitual en una cinta coreográfica), y nos detalla a la vez el colapso mental que atraviesan muchas jóvenes en este arte.

De Natalie Portman no hay queja, no es poco lo que ah logrado con esta interpretación.

Darren Aronofsky nos trae este film simpático con simbolismos interesantes, pero que no termino de ser de mi completo agrado.