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Voto de Vivoleyendo:
7
Fantástico. Romance. Drama Érase una vez un mercader arruinado que vivía con su hijo Ludovic y sus tres hijas. Dos de ellas, Felicie y Adelaide, son seres egoístas que explotan a su hermana pequeña Bella. Un día, el padre se pierde en el bosque y llega hasta un castillo. Allí encuentra una preciosa rosa y decide cogerla para Bella, entonces aparece el señor del castillo que le impondrá un duro castigo por su osadía. (FILMAFFINITY)
3 de marzo de 2008
28 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean Cocteau trasladó a la pantalla uno de los más conocidos cuentos de hadas, y lo llevó a cabo respetando admirablemente la esencia de lo que debe ser un cuento. La puesta en escena es magnífica, plasmando a la perfección la ambientación mágica e imaginativa, y derrochando imágenes plagadas de belleza que harán las delicias de cualquiera que haya escuchado esta historia desde pequeño y se haya dejado atrapar por su encanto.
Lo más cautivador de la película es, sin duda, el romanticismo llevado a su expresión más galante, exacerbado por esos escenarios barrocos en los que conviven la naturaleza, objetos bellos como joyas, muebles vistosos y ropajes elegantes, y los toques de magia en el mobiliario (candelabros con brazos humanos que se encienden solos, estatuas que se mueven, puertas que se abren sin que nadie las toque...). La estudiada iluminación resalta los claroscuros y confiere a la fotografía un acabado suave y casi etéreo; cuando aparece el castillo de la Bestia, la luz reviste una importancia fundamental a la hora de transmitir el eterno femenino de Bella en su esplendor, y los intensos sentimientos de la Bestia, reflejados a través de sus ojos, quien trata de reprimir sus fieros instintos alentados por la soledad que ha sufrido, los cuales van siendo sustituidos por su creciente amor.
El aire de cierta teatralidad que se advierte en algunas escenas no hace sino resaltar la convicción de que estamos ante un cuento visual. Los relatos orales tradicionales son narrados empleando determinados recursos que proporcionan el efecto adecuado para mantener hechizada a la audiencia, y Cocteau supo transmutarlos en su equivalente de efectos visuales y sonoros, acompañados por una música que completa el conjunto.
Esta atmósfera romántica contrasta con otra más burda que envuelve a la vulgar familia de Bella (sobre todo en lo que atañe a sus hermanas y su hermano) y al amigo de su hermano, que la pretende y al que ella no corresponde.
Muchos años han pasado por esta película que no tiene más objetivo que poner ante nuestros ojos este cuento universal, de sobra conocido. Al principio se nos pide que volvamos a nuestra ingenuidad infantil, y con ello se nos deja claro que no hay más pretensiones que las de hacernos rememorar aquellas noches en las que nuestros padres nos trasladaban a mundos lejanos y en los que ocurrían cosas fantásticas. Y todo sin movernos de nuestra habitación.
Un pequeño regalo para quienes estén dispuestos a dejarse llevar por un poco de imaginación, por ese romanticismo de antaño, y por un relato que, pese a ser trillado y previsible como en cualquier cuento, no deja de tener su embrujo.
Vivoleyendo
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