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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama. Bélico Segunda Guerra Mundial. Estando Roma ocupada por los nazis, la temible Gestapo trata de arrestar al ingeniero Manfredi (Marcello Pagliero), un comunista que es el líder del Comité Nacional de Liberación. Pero en la redada Manfredi consigue escapar y pide ayuda a Francesco, un camarada tipógrafo que en unos días se casará con su novia Pina (Anna Magnani), una viuda con un niño. Además el cura de la parroquia, Don Pietro (Aldo Fabrizi), ... [+]
8 de agosto de 2008
50 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roberto Rossellini dio el pistoletazo de salida al movimiento neorrealista italiano con este drama bélico rodado apenas finalizada la ocupación nazi en Italia, y cuando la guerra más devastadora de la historia aún aniquilaba Europa y otras zonas del planeta. Este filme se encuadra entre esos valientes testimonios del horror fascista que algunos directores cinematográficos se atrevieron a lanzar al mundo en aquellos años de terror. Entre ellos, mi admirado Chaplin (“El gran dictador”) y Rossellini. Comprometidos con la apocalíptica desgracia que azotaba a millones de personas, quisieron arrojar su protesta del modo en que mejor sabían hacerlo, y lo hicieron con brillantez
Rossellini se pateó las calles de Roma recopilando estremecedores relatos de sufrimiento popular. Escribió el guión en colaboración con Federico Fellini, Sergio Amidei y Alberto Consiglio. Contrató a aficionados que no habían actuado nunca, con la excepción de grandes actores profesionales como Anna Magnani y Aldo Fabrizi. Empleando un reducido presupuesto debido a la precariedad económica que castigaba el país, Rossellini se apañó perfectamente filmando la mayor parte de las escenas en las calles y espacios abiertos, y en casas romanas, completando con escenas de estudio.
El guión se basa en un hecho real: la labor de un sacerdote católico que ayudaba a la resistencia italiana.
El punto fuerte de este drama social es su denuncia sin tapujos a un régimen opresivo y destructor sumido en el delirio de una ideología monstruosamente descabellada basada en la “superioridad” de la raza “aria”. La denuncia se palpa en esa fotografía en blanco y negro que tiene ese matiz de película antigua y desgastada. Se palpa en la tensión del rostro de Anna Magnani, aquella volcánica actriz que era un icono cinematográfico de la gente sencilla. En la madurez de unos niños que han aprendido a odiar. En la determinación de un sacerdote que no permite dejar pasar la barbarie nazi sin actuar. En el riesgo de unos hombres comprometidos que saben que seguramente no vivirán para ver la liberación. En la traición. En la inmoralidad y la apagada o inexistente conciencia (salvo alguna excepción) de unos opresores que no vacilan en destrozar y aniquilar a sus congéneres.
Cuando el curso de los acontecimientos está en jaque, cuando a millones de seres humanos se les roba cualquier posibilidad de paz y de felicidad, quedan muy pocas cosas hermosas que sean capaces de dar fuerzas para resistir: la esperanza, y el amor. Las únicas cosas que ofrecen un asidero y una luz para alumbrar el devastado trayecto hacia un mañana tambaleante.
Vivoleyendo
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