Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Vivoleyendo
Voto de Vivoleyendo:
10

Voto de Vivoleyendo:
10
7.2
8,871
Thriller. Drama. Romance
Shanghai, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. La señora Mak, una mujer rica y sofisticada, recuerda cómo empezó todo en 1938. Su verdadero nombre no es Mak, sino Wong Chia Chi. Poco antes de estallar la II Guerra Mundial (1939-1945), su padre huyó a Inglaterra y la dejó en China. Era estudiante universitaria y conoció a Kuang Yu Min, que acababa de fundar una compañía de teatro para fomentar el patriotismo. Wong Chia Chi se ... [+]
15 de febrero de 2008
15 de febrero de 2008
58 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ang Lee nos depara una grandiosa lección de cine negro que yo encumbraría a las máximas alturas. Ésta es otra de las demostraciones de que el versátil director taiwanés posee una audacia y un consumado genio creativo que le llevan a dar origen a algunas de las más extraordinarias obras de arte que se han producido. No sólo es capaz de tocar todos los registros, como la adaptación cinematográfica de alguna obra de Jane Austen, o una ruda, profunda y condenada historia de amor entre vaqueros de Wyoming, entre otras tantas, sino que lo hace con brillantez y una dedicación absoluta. Aunque no me convenzan todos los registros que aborde (como es el caso de "Tigre y dragón", que no me llenó), tengo que reconocer que este cineasta pone todo el corazón en su trabajo y nos lo ofrece en forma de auténticas bellezas en esto de los veinticuatro fotogramas por segundo.
En la maravilla que nos concierne ahora, Lee regresa a los escenarios de su China natal y se sumerge de pleno en Shangai y Hong Kong en los años cuarenta, en tiempos de la ocupación japonesa. En medio de la exaltación patriótica y el odio, muchas organizaciones clandestinas de resistencia comienzan a forjarse para llevar a cabo una guerra de guerrillas contra los invasores procedentes del Imperio del Sol Naciente. La guerra sucia comienza. Muchos jóvenes atolondrados e inexpertos constituyen sus propios grupos, entre ellos unos actores aficionados de teatro que son los que nos ocupan en este drama. Mientras empiezan a trazar sus planes de acción, reclutan a una joven que resulta ser una prometedora actriz. Sus dotes para la interpretación son sobresalientes, y esa habilidad se convertirá en el motor que la convertirá en la pieza clave del plan trazado para eliminar a un alto cargo chino que trabaja para los japoneses. Mientras los demás van ideando las estrategias, ella se introduce en su papel de enigmática y reservada mujer que ha de seducir al ministro chino. Y debe hacerlo a la perfección para que él, hombre astuto y avezado, no sospeche que se trata de una maniobra doble de espionaje y anzuelo para atraerle a la trampa.
Wei Tang traspasa los límites de la pantalla con una actuación más que increíble, perturbadora, desgarradora e hiriente. Caminando al borde del abismo, al filo de la navaja, aparentando ser una mujer sofisticada de la alta sociedad, calculando cada palabra, cada gesto, cada mirada y cada parpadeo. Sin flaquear, sabiendo que tiene que prostituir su cuerpo para atraer a las redes a la presa. Pero, ¿hasta dónde se puede fingir sin dejar escapar algo de uno mismo? ¿Dónde termina la actuación y comienza lo auténtico? ¿Podría ser que, a fuerza de fingir, uno llega a amar lo que odia, a desear la vida ficticia que lleva? Arrastrada a una tórrida relación adúltera, tendrá que llevar al máximo sus dotes... ¿Acaso es todo fingimiento con ese hombre esquivo, duro, sensual, oscuro y atrayente como la danza de la cobra que hipnotiza a sus víctimas?
En la maravilla que nos concierne ahora, Lee regresa a los escenarios de su China natal y se sumerge de pleno en Shangai y Hong Kong en los años cuarenta, en tiempos de la ocupación japonesa. En medio de la exaltación patriótica y el odio, muchas organizaciones clandestinas de resistencia comienzan a forjarse para llevar a cabo una guerra de guerrillas contra los invasores procedentes del Imperio del Sol Naciente. La guerra sucia comienza. Muchos jóvenes atolondrados e inexpertos constituyen sus propios grupos, entre ellos unos actores aficionados de teatro que son los que nos ocupan en este drama. Mientras empiezan a trazar sus planes de acción, reclutan a una joven que resulta ser una prometedora actriz. Sus dotes para la interpretación son sobresalientes, y esa habilidad se convertirá en el motor que la convertirá en la pieza clave del plan trazado para eliminar a un alto cargo chino que trabaja para los japoneses. Mientras los demás van ideando las estrategias, ella se introduce en su papel de enigmática y reservada mujer que ha de seducir al ministro chino. Y debe hacerlo a la perfección para que él, hombre astuto y avezado, no sospeche que se trata de una maniobra doble de espionaje y anzuelo para atraerle a la trampa.
Wei Tang traspasa los límites de la pantalla con una actuación más que increíble, perturbadora, desgarradora e hiriente. Caminando al borde del abismo, al filo de la navaja, aparentando ser una mujer sofisticada de la alta sociedad, calculando cada palabra, cada gesto, cada mirada y cada parpadeo. Sin flaquear, sabiendo que tiene que prostituir su cuerpo para atraer a las redes a la presa. Pero, ¿hasta dónde se puede fingir sin dejar escapar algo de uno mismo? ¿Dónde termina la actuación y comienza lo auténtico? ¿Podría ser que, a fuerza de fingir, uno llega a amar lo que odia, a desear la vida ficticia que lleva? Arrastrada a una tórrida relación adúltera, tendrá que llevar al máximo sus dotes... ¿Acaso es todo fingimiento con ese hombre esquivo, duro, sensual, oscuro y atrayente como la danza de la cobra que hipnotiza a sus víctimas?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una pasión arrolladora e inabarcable se instala entre ellos y cada vez falta menos para consumar la traición...
Tony Leung embruja con su aura de hombre elegante, muy inteligente, distante y misterioso, que reserva para la intimidad un temperamento ardiente e incluso desbocado y violento.
Maravillosos escenarios de Shangai y Hong Kong, espléndida ambientación, fotografía acariciadora y audaz sin tapujos, dirección de actores más que excelente, banda sonora ideal, un guión para mí sin tachas, sin "baches"... Una atmósfera siniestra, tensa y erótica con una intensidad que cala hondo.
Tony Leung embruja con su aura de hombre elegante, muy inteligente, distante y misterioso, que reserva para la intimidad un temperamento ardiente e incluso desbocado y violento.
Maravillosos escenarios de Shangai y Hong Kong, espléndida ambientación, fotografía acariciadora y audaz sin tapujos, dirección de actores más que excelente, banda sonora ideal, un guión para mí sin tachas, sin "baches"... Una atmósfera siniestra, tensa y erótica con una intensidad que cala hondo.