Ahora que las nuevas generaciones de pequeñines acaparan la tele y el DVD, y las series clásicas se adquieren en grandes almacenes o en tiendas online, "Heidi" vuelve a la pantalla de mi casa después de más de dos décadas de ausencia.
Me reencuentro con ella a través de otros ojitos que me recuerdan a los míos hace treinta y tantos años, y rememoro lo que es descubrir un mundo de amor, bondad, pureza, juegos, risas, tristeza cuando una nube empaña la alegría, añoranza del hogar en la cima de la montaña donde los cálidos brazos del abuelo esperan siempre a la niña eterna de los Alpes para acompañarla en la gran aventura de crecer.