Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
8
Drama China, años veinte. Tras la muerte de su padre, la joven de 19 años Songlian se ve forzada a casarse con Chen Zouqian, el señor de una poderosa familia. Él es un hombre de cincuenta años y tiene ya tres esposas, cada una de las cuales vive en una casa independiente dentro de un gran castillo. (FILMAFFINITY)
23 de octubre de 2007
57 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que me encanta en Yimou, es que refleja el universo femenino con honda y desgarradora intensidad y sensibilidad. Plenamente consciente de las enormes trabas y de las injusticias en las que muchísimas mujeres de su país viven (y, por extensión, las de cualquier parte del mundo), se erige en brillante narrador que ofrece un respetuoso, duro y en ocasiones estremecedor testimonio de las cadenas impuestas por la sociedad y por unas anquilosadas tradiciones.
Yimou suele decantarse (al menos en lo que llevo visto de él: "La casa de las dagas voladoras", "La maldición de la flor dorada", "El camino a casa", "La linterna roja") por protagonistas femeninas, tan llenas de vida que nadie puede eclipsarlas. A veces se trata de avezadas guerreras, otras veces son sencillas amas de casa, o jóvenes cultas y acomodadas destinadas a hacer matrimonios de conveniencia. Las aborda en distintas épocas y en muy distintas circunstancias, y siempre logra llegarnos al corazón (al menos al de una servidora). Salvo algún tropiezo (como en el caso de "La maldición de la flor dorada", que me daba la sensación de tener mucho envoltorio pero poco fondo), Yimou siempre consigue conmoverme hasta la médula.
En este caso, la trama se desarrolla a principios del pasado siglo y la protagonista es una joven de buena familia que ha recibido educación académica (algo bastante inusual), pero cuyo destino está ya marcado. La prematura muerte de su padre no hace sino acelerar el proceso por el cual la joven Songlian se ve obligada a casarse por conveniencia, porque ¿qué otra salida le quedaba?
Así, Songlian pasa a ser una más de las esposas de un rico señor que tiene lo que denominaríamos un harén.
Enclaustrada en una vida vacía entre esas opresivas paredes, toda su vida pasa a depender de que se enciendan o no las linternas rojas que hay en su casa. Cuando se encienden las linternas rojas en la casa de alguna de las esposas, significa que el señor las va a favorecer con su visita.
Esas linternas tienen una gran simbología en la película. Simbolizan la esclavitud de las mujeres, cuya honorabilidad y respetabilidad quedan subordinadas a la llama que reluce o que permanece apagada. Como es de suponer, la presión por ser la principal favorecida por el señor provoca una enconada competencia entre las esposas, amargos celos y solapados odios. Todo va derivando en una espiral asfixiante y deprimente que elimina paso a paso cualquier brizna de optimismo o de alegría, que arranca la esperanza, que deshumaniza y que desposee de alma, que vacía el corazón y adormece la conciencia.
Una atmósfera cruel y malsana que sólo puede derivar en sufrimiento, maquiavélicas maquinaciones y funestas consecuencias.
Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow