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Comedia
Anna, una atractiva violinista, vive provisionalmente con su novio Walter en el apartamento de su exmarido. Cuando éste descubre la situación, la pareja se ve obligada a buscar otra vivienda. Un amigo de Walter, que es agente de la propiedad, le proporciona una auténtica “ganga” en las afueras de la ciudad. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2007
25 de agosto de 2007
48 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la línea de todas aquellas delirantes comedias de los años 80, en bastantes de las cuales Tom Hanks comenzó sus andanzas por el celuloide, "Esta casa es una ruina" tiene para mí un punto especial.
Quizás para mí esta película destaca por el hecho de que la vi muchas veces siendo niña, en aquellos años dorados de los videoclubs tradicionales en los que todas las películas estaban en formato VHS y no existían aún los "blockbusters" (palabreja de ésas "fashion" que se oyen a mansalva pero que uno no llega nunca a enterarse muy bien de lo que significan, pese a dárselas de enterado) ni esa especie de cajeros automáticos de hoy día que te escupen la película que quieres sin necesidad de consultar con el empleado.
En aquellos años mágicos de los primeros videoclubs, alquilar una película no era un simple acto rutinario, era algo parecido a caminar sobre una alfombra roja glamourosa, saboreando por anticipado las maravillas que aquella cinta de vídeo nos iba a proporcionar.
Vi esta película incontables veces en compañía de mis hermanos y primos, la pandilla de mi infancia, con la que el hecho de ver una comedia como ésta se convertía en una hora y media de puro y sano disfrute y carcajadas atronadoras, mientras merendábamos aquellos bocadillos de Nocilla que sabían a gloria bendita.
El aura de encanto de "Esta casa es una ruina" me ha perseguido siempre, y sigo viéndola cuando la ponen en la tele. Sigo tronchándome a costa de esa pobre pareja que se endeuda hasta las cejas por una casa que en tiempos de la guerra sería una maravilla, pero que cuando ellos la compran tan ilusionados está hecha una porquería y se tienen que dejar literalmente el pellejo, los cuartos y la paz por el camino, mientras parece imposible que esa ruina pueda llegar algún día a ser algo mínimamente habitable. Lo de "ruina" aparece en su doble acepción de algo que se encuentra en estado ruinoso, así como algo que arruina a quien lo compra.
Tiene muchísimos puntos inolvidables y una sucesión inagotable de gags y escenas que no dan apenas lugar al respiro.
Dentro del género de comedias de los ochenta, ésta es una de las mejores.
Quizás para mí esta película destaca por el hecho de que la vi muchas veces siendo niña, en aquellos años dorados de los videoclubs tradicionales en los que todas las películas estaban en formato VHS y no existían aún los "blockbusters" (palabreja de ésas "fashion" que se oyen a mansalva pero que uno no llega nunca a enterarse muy bien de lo que significan, pese a dárselas de enterado) ni esa especie de cajeros automáticos de hoy día que te escupen la película que quieres sin necesidad de consultar con el empleado.
En aquellos años mágicos de los primeros videoclubs, alquilar una película no era un simple acto rutinario, era algo parecido a caminar sobre una alfombra roja glamourosa, saboreando por anticipado las maravillas que aquella cinta de vídeo nos iba a proporcionar.
Vi esta película incontables veces en compañía de mis hermanos y primos, la pandilla de mi infancia, con la que el hecho de ver una comedia como ésta se convertía en una hora y media de puro y sano disfrute y carcajadas atronadoras, mientras merendábamos aquellos bocadillos de Nocilla que sabían a gloria bendita.
El aura de encanto de "Esta casa es una ruina" me ha perseguido siempre, y sigo viéndola cuando la ponen en la tele. Sigo tronchándome a costa de esa pobre pareja que se endeuda hasta las cejas por una casa que en tiempos de la guerra sería una maravilla, pero que cuando ellos la compran tan ilusionados está hecha una porquería y se tienen que dejar literalmente el pellejo, los cuartos y la paz por el camino, mientras parece imposible que esa ruina pueda llegar algún día a ser algo mínimamente habitable. Lo de "ruina" aparece en su doble acepción de algo que se encuentra en estado ruinoso, así como algo que arruina a quien lo compra.
Tiene muchísimos puntos inolvidables y una sucesión inagotable de gags y escenas que no dan apenas lugar al respiro.
Dentro del género de comedias de los ochenta, ésta es una de las mejores.