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Voto de Vivoleyendo:
6
6.2
15,602
Drama
En una mansión, cuatro señores se reúnen con cuatro exprostitutas y con un grupo de jóvenes de ambos sexos, partisanos o hijos de partisanos, que han sido hechos prisioneros. Nadie en la casa puede eludir las reglas del juego establecidas por los señores; toda transgresión se castiga con la muerte. Además, ellos gozan de la facultad de disponer a su antojo de la vida de los cautivos. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2008
13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha resultado terriblemente difícil darle una puntuación a esta obra que yo no sé si calificar de película, de rayada, de revulsivo, de paliza, de enfermedad, de condena o de espeluznante muestrario de las más aberrantes depravaciones de la condición humana. O todo ello a la vez.
Pasolini levanta los estómagos y las conciencias con el que probablemente sea uno de los latigazos más polémicos, pesimistas y macabros que ha dado la industria del cine mundial.
¿Producto de un visionario? ¿De un genio que filmó lo más bajo que conlleva la humanidad? ¿De un brillante analista que sentó las bases del más monstruoso totalitarismo y despotismo, creando para el cine algo que en su fundamento no es muy distinto de lo que Orwell creó para la literatura con "1984"? ¿De una mente enfermiza? ¿De un loco?
Es una obra vista para sentencia. Que horroriza, golpea, enajena, asfixia, intoxica, repele... Propia para el vituperio de muchos y para la admiración de otros, fue censurada en gran parte del planeta, y aún hoy sigue estando prohibida su exhibición en algunos países.
Muchos discuten si Pasolini, al rodar esta extrañeza, rebasó los límites de la legalidad y de la ética. Todo lo que la envuelve está rodeado de estremecimiento e incomodidad, como si se tratase de una serpiente extremadamente venenosa a la que nadie se atreviese a tocar.
Yo no sé cómo sentirme tras haberla visto. Y me pregunto por qué he soportado hasta el final. ¿Morbo hacia lo macabro? ¿Esa desagradable mano que, pese a la respulsión, tira de uno hacia la pantalla porque se nos muestra algo que llama nuestra atención, pese a todo? No tengo ni idea, pero lo cierto es que una no puede menos que sentirse asqueada y aturdida.
Lo que sí tengo claro es que Pasolini realiza una terriblemente onírica y esperpéntica exposición de las bases del totalitarismo más acendrado. Bajo el rostro del fascismo, que quizás sea una de las formas de totalitarismo que más eficacia han demostrado, Pasolini deja suelta su inspiración para ir desglosando, punto por punto, los terribles principios de una de las ideologías más destructivas que hayan existido.
Dando rienda suelta a una oligarquía compuesta por cuatro poderosos fascistas, éstos llevan a la práctica sus máximas. Como miembros de la clase social más preeminente, ellos se erigen en los amos absolutos, superiores y todopoderosos con facultades autoimpuestas para liberar todos sus instintos más viles y disponer a su antojo de los "inferiores", de los sometidos, una serie de muchachos y muchachas secuestrados y encerrados en un palacete en cuyo interior se gestan toda clase de monstruosidades con las que humillar y destrozar a esos jóvenes inocentes de las maneras más sádicas concebibles.
Pasolini levanta los estómagos y las conciencias con el que probablemente sea uno de los latigazos más polémicos, pesimistas y macabros que ha dado la industria del cine mundial.
¿Producto de un visionario? ¿De un genio que filmó lo más bajo que conlleva la humanidad? ¿De un brillante analista que sentó las bases del más monstruoso totalitarismo y despotismo, creando para el cine algo que en su fundamento no es muy distinto de lo que Orwell creó para la literatura con "1984"? ¿De una mente enfermiza? ¿De un loco?
Es una obra vista para sentencia. Que horroriza, golpea, enajena, asfixia, intoxica, repele... Propia para el vituperio de muchos y para la admiración de otros, fue censurada en gran parte del planeta, y aún hoy sigue estando prohibida su exhibición en algunos países.
Muchos discuten si Pasolini, al rodar esta extrañeza, rebasó los límites de la legalidad y de la ética. Todo lo que la envuelve está rodeado de estremecimiento e incomodidad, como si se tratase de una serpiente extremadamente venenosa a la que nadie se atreviese a tocar.
Yo no sé cómo sentirme tras haberla visto. Y me pregunto por qué he soportado hasta el final. ¿Morbo hacia lo macabro? ¿Esa desagradable mano que, pese a la respulsión, tira de uno hacia la pantalla porque se nos muestra algo que llama nuestra atención, pese a todo? No tengo ni idea, pero lo cierto es que una no puede menos que sentirse asqueada y aturdida.
Lo que sí tengo claro es que Pasolini realiza una terriblemente onírica y esperpéntica exposición de las bases del totalitarismo más acendrado. Bajo el rostro del fascismo, que quizás sea una de las formas de totalitarismo que más eficacia han demostrado, Pasolini deja suelta su inspiración para ir desglosando, punto por punto, los terribles principios de una de las ideologías más destructivas que hayan existido.
Dando rienda suelta a una oligarquía compuesta por cuatro poderosos fascistas, éstos llevan a la práctica sus máximas. Como miembros de la clase social más preeminente, ellos se erigen en los amos absolutos, superiores y todopoderosos con facultades autoimpuestas para liberar todos sus instintos más viles y disponer a su antojo de los "inferiores", de los sometidos, una serie de muchachos y muchachas secuestrados y encerrados en un palacete en cuyo interior se gestan toda clase de monstruosidades con las que humillar y destrozar a esos jóvenes inocentes de las maneras más sádicas concebibles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Todos los más asquerosos y crueles instintos quedan sueltos, mientras los pobres chicos y chicas son sometidos brutalmente como muñecos rotos. Pero Pasolini no se recrea en exceso en las imágenes más o menos repugnantes o dantescas. Lo que hace con maestría casi estremecedora es sugerir a través de los relatos de las ex-prostitutas, a través de las cínicas reflexiones de los poderosos, la amoralidad más fría, los vicios más repugnantes, todo eso que consigue que una acabe sintiendo un asco inmenso hacia la especie humana.
El controvertido Pasolini compensa la vulgaridad y en ocasiones mediocridad de las escenas con un discurso que a veces pone los pelos de punta.
No se priva de ofrecer una película insoportable, inaguantable, dejando a uno preguntándose si no se estaría burlando de lo masoquistas que podemos llegar a ser quienes osamos ver algo así, o si realmente nos estaba abofeteando en las narices con una de las alegorías del horror más atrevidas que se hayan rodado, para hacernos pensar acerca de toda la aterradora maldad y oscuridad que se esconde bajo la superficie de las civilizaciones.
En cualquier caso, desde luego da mucho que pensar. Y qué mala sensación se le queda a una en el cuerpo.
Ennio Morricone musicaliza quizás de un modo más modesto que en otras ocasiones (o será que lo desagradable de la película no me ha permitido apreciar su genialidad) y, a mi parecer, se halla bastante descolocado en este drama inclasificable.
Pasolini fue asesinado poco después de terminado el rodaje.
Aún hoy, este director a veces genio, a veces visionario, y sobre todo difícil de catalogar, es recordado en medio del tumulto que provocó tanto por su azarosa carrera como por las extrañas circunstancias de su muerte.
El controvertido Pasolini compensa la vulgaridad y en ocasiones mediocridad de las escenas con un discurso que a veces pone los pelos de punta.
No se priva de ofrecer una película insoportable, inaguantable, dejando a uno preguntándose si no se estaría burlando de lo masoquistas que podemos llegar a ser quienes osamos ver algo así, o si realmente nos estaba abofeteando en las narices con una de las alegorías del horror más atrevidas que se hayan rodado, para hacernos pensar acerca de toda la aterradora maldad y oscuridad que se esconde bajo la superficie de las civilizaciones.
En cualquier caso, desde luego da mucho que pensar. Y qué mala sensación se le queda a una en el cuerpo.
Ennio Morricone musicaliza quizás de un modo más modesto que en otras ocasiones (o será que lo desagradable de la película no me ha permitido apreciar su genialidad) y, a mi parecer, se halla bastante descolocado en este drama inclasificable.
Pasolini fue asesinado poco después de terminado el rodaje.
Aún hoy, este director a veces genio, a veces visionario, y sobre todo difícil de catalogar, es recordado en medio del tumulto que provocó tanto por su azarosa carrera como por las extrañas circunstancias de su muerte.