Cada década tiene sus modas y sus tendencias, y una de las que influyeron masivamente en el cine de los ochenta fue la de las pandillas de chavales, dentro del género del cine de aventuras que tanto proliferó en esos años.
"Los Goonies" representa para mí el paradigma de ese tipo de películas. Si bien fue "E.T. el Extraterrestre" una precursora que me marcaría para siempre en lo que se refiere al cine infantil aventurero, la consagración se produjo con esta película que tiene un marcado aire spielbergiano, aunque se nota mucho la experta mano de Richard Donner, muy ducho en el cine de acción (como ha demostrado con "Supermán", "Arma letal", incluso "Maverick", etc.).
Los chicos y chicas protagonistas constituyen un grupo bastante estrambótico y variopinto que, tras el descubrimiento de un mapa antiguo que señala la existencia de un tesoro oculto, se van a sumergir de lleno en la mayor y más peligrosa aventura de sus vidas, con ecos y ambientes que recuerdan a "Indiana Jones" mezclado con las historias de piratas. De este modo, con una buena banda sonora, una espléndida ambientación, suspense, intriga, pequeños sustos y mucho humor, se ofrece un espectáculo que en su tiempo hizo las delicias de mi generación y que causó verdadero furor entre el público infantil.
Muy entretenida y entrañable, que cada vez que la veo me devuelve a mi infancia.