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Cine negro. Intriga
Marx Dixon (Dana Andrews) es un conflictivo policía marcado por el fuerte carácter de su padre. En el transcurso de una investigación, hiere de muerte a un sospechoso y oculta el crimen. Un taxista (Tom Tully) es acusado como presunto autor del asesinato. Y, mientras tanto, Mark se enamora de su bella hija (Gene Tierney). (FILMAFFINITY)
3 de octubre de 2009
3 de octubre de 2009
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mark Dixon es un duro policía de Nueva York en cuyas espaldas pesa el estigma de unos antecedentes que han marcado tanto su trayectoria personal como profesional.
No se anda con chiquitas con los maleantes. Ha sido acusado no pocas veces de acosar y maltratar a sus detenidos, y amonestado y hasta degradado de puesto por su superior. Dixon ejerce su propia ley, y entiende la justicia desde un prisma que a menudo no coincide con las leyes oficiales.
No cabe duda de que es un policía con excelente olfato, agallas de acero y tenaz hasta el fin. Magníficas cualidades para alguien de su profesión. Pero todo lo que tiene de eficaz e implacable, lo tiene también de problemático. Dixon rara vez obedece las órdenes, las ejecuta a su manera, y su dureza deja un reguero de protestas que su departamento no puede desoír.
Está movido por una rabia que lo consume, que le hace perder los estribos cuando debería conservar la mente fría y serena...
Pero lo que más teme es convertirse en aquello de lo que huye sin parar.
Cuando por un fatal accidente se ve obligado a mentir y a ocultar ciertos hechos, comienza para él una batalla que lo hará entrar en un fuerte conflicto interior, agravado cuando se enamora de la hermosa Morgan Taylor...
Preminger vuelve a situar juntos a Dana Andrews y a Gene Tierney a la cabeza de otro drama policíaco y de suspense seis años después de su exitosa e inmortal "Laura", y consigue otra brillante obra de cine negro cercana a la esplendidez. Un guión lleno de empaque y magníficos diálogos, una atmósfera densa en la que flotan las verdades no pronunciadas, y esa esencia turbia de la conciencia intranquila, del alma atormentada, y de las actividades ilegales y criminales clandestinas que proliferan en un Nueva York sombrío.
Pero no todo son sombras. Los hechiceros ojos claros de Tierney aligeran un corazón que pesa como la piedra.
No se anda con chiquitas con los maleantes. Ha sido acusado no pocas veces de acosar y maltratar a sus detenidos, y amonestado y hasta degradado de puesto por su superior. Dixon ejerce su propia ley, y entiende la justicia desde un prisma que a menudo no coincide con las leyes oficiales.
No cabe duda de que es un policía con excelente olfato, agallas de acero y tenaz hasta el fin. Magníficas cualidades para alguien de su profesión. Pero todo lo que tiene de eficaz e implacable, lo tiene también de problemático. Dixon rara vez obedece las órdenes, las ejecuta a su manera, y su dureza deja un reguero de protestas que su departamento no puede desoír.
Está movido por una rabia que lo consume, que le hace perder los estribos cuando debería conservar la mente fría y serena...
Pero lo que más teme es convertirse en aquello de lo que huye sin parar.
Cuando por un fatal accidente se ve obligado a mentir y a ocultar ciertos hechos, comienza para él una batalla que lo hará entrar en un fuerte conflicto interior, agravado cuando se enamora de la hermosa Morgan Taylor...
Preminger vuelve a situar juntos a Dana Andrews y a Gene Tierney a la cabeza de otro drama policíaco y de suspense seis años después de su exitosa e inmortal "Laura", y consigue otra brillante obra de cine negro cercana a la esplendidez. Un guión lleno de empaque y magníficos diálogos, una atmósfera densa en la que flotan las verdades no pronunciadas, y esa esencia turbia de la conciencia intranquila, del alma atormentada, y de las actividades ilegales y criminales clandestinas que proliferan en un Nueva York sombrío.
Pero no todo son sombras. Los hechiceros ojos claros de Tierney aligeran un corazón que pesa como la piedra.