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Voto de Pasatiempos Digitales:
6

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6
5.0
1,187
Terror. Romance. Ciencia ficción. Comedia
Desesperado por la trágica muerte de su novia Julie Walker, Curt Reynolds se infiltra en una base militar donde se almacenan los tanques con muertos vivientes y expone el cadáver de su amada a la Trioxin 2-4-5. Tras resucitar, ambos jóvenes huyen a la ciudad, donde Julie comienza a actuar como zombie "come-cerebros"... y a provocar la aparición de más zombies peligrosos. Demasiado tarde, Curt se da cuenta de que ha desatado una ... [+]
8 de marzo de 2009
8 de marzo de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien está debajo en calidad comparada con la primera parte, es lo suficientemente mejor que la regular segunda entrega.
Esta cinta de terror zombi se renueva en su propuesta reciclando los tópicos y dándole un atractivo especial a la idea de base de la saga, ya que aparece aquí en esta tercera parte la utilización muy poco ética de los muertos vivientes como armas biológicas por parte de los militares.
Pero ello no es todo lo que ofrece como novedoso, sino que el filme es interesante porque se introduce el concepto del “humanismo” de los zombis con una fogosa historia de amor a pesar de la barrera de la muerte. Muy llamativo y novedoso resulta el concepto de que el apetito de devorar cerebros aquí puede ser controlado deliberadamente a través del dolor auto infligido, y por si fuera poco también se desarrolla –aunque de manera más liviana- el vacío afectivo en la relación paterno filial de uno de los personajes principales.
Todos esos elementos descriptos le dan al filme una base argumental bastante sólida como para que el producto sea algo más que una tonta cinta de zombis comiéndose humanos.
Ahora bien, claro que la película cae en licencias y absurdos propios del género, que se incurre en exageraciones que se alejan de toda lógica, pero el factor sobrenatural de fondo exige en ciertas ocasiones determinadas contemplaciones como para no analizar todo desde la razón. Aquí el filme es muy visceral y truculento y posee una adictiva ambientación estética, la cual se logra con muy buenos efectos especiales mecánicos y un más que llamativo maquillaje para darle vida a lo sobrenatural. También es menester mencionar el arreglo estético de unos zombis tuneados muy particulares que se alejan al menos desde lo visual a lo ya visto anteriormente. Pero además el director Brian Yuzna utiliza a la sensual californiana Melinda Clarke como su diva protagonista ya que la actriz cautiva la pantalla con su estética y su atractivo sexual.
En fin, una película interesante que sobresale de la media esperable para una cinta del subgénero zombi, y ello se da básicamente por darle algo de profundidad ética y sensible a la historia, por otorgarle un cariz absorbente desde lo visual, y por explotar a la perfección a la actriz principal para dar vida a una de las zombis tuneadas más sensuales que me tocara visionar en un filme.
Esta cinta de terror zombi se renueva en su propuesta reciclando los tópicos y dándole un atractivo especial a la idea de base de la saga, ya que aparece aquí en esta tercera parte la utilización muy poco ética de los muertos vivientes como armas biológicas por parte de los militares.
Pero ello no es todo lo que ofrece como novedoso, sino que el filme es interesante porque se introduce el concepto del “humanismo” de los zombis con una fogosa historia de amor a pesar de la barrera de la muerte. Muy llamativo y novedoso resulta el concepto de que el apetito de devorar cerebros aquí puede ser controlado deliberadamente a través del dolor auto infligido, y por si fuera poco también se desarrolla –aunque de manera más liviana- el vacío afectivo en la relación paterno filial de uno de los personajes principales.
Todos esos elementos descriptos le dan al filme una base argumental bastante sólida como para que el producto sea algo más que una tonta cinta de zombis comiéndose humanos.
Ahora bien, claro que la película cae en licencias y absurdos propios del género, que se incurre en exageraciones que se alejan de toda lógica, pero el factor sobrenatural de fondo exige en ciertas ocasiones determinadas contemplaciones como para no analizar todo desde la razón. Aquí el filme es muy visceral y truculento y posee una adictiva ambientación estética, la cual se logra con muy buenos efectos especiales mecánicos y un más que llamativo maquillaje para darle vida a lo sobrenatural. También es menester mencionar el arreglo estético de unos zombis tuneados muy particulares que se alejan al menos desde lo visual a lo ya visto anteriormente. Pero además el director Brian Yuzna utiliza a la sensual californiana Melinda Clarke como su diva protagonista ya que la actriz cautiva la pantalla con su estética y su atractivo sexual.
En fin, una película interesante que sobresale de la media esperable para una cinta del subgénero zombi, y ello se da básicamente por darle algo de profundidad ética y sensible a la historia, por otorgarle un cariz absorbente desde lo visual, y por explotar a la perfección a la actriz principal para dar vida a una de las zombis tuneadas más sensuales que me tocara visionar en un filme.