Si bien la propuesta no trae nada de original y no se termina de alejar de los convencionalismos, combina acertadamente ciertos tópicos de otras obras del género y resulta interesante por dos aspectos fundamentales:

1. La historia atrae, sugiere bastante porque se mantiene un manto de suspense sobre las variantes que presenta donde se combinan muñecos que trasmiten nerviosismo, una maldición que perturba y un pueblo que esconde un secreto. Además posee un giro narrativo en su desenlace que revitaliza su contundencia y asombra por su resolución. El manejo de los elementos sobrenaturales de la maldición que merodea funciona y no resulta previsible en ningún momento. Sino que atrae gracias a lo llamativo que resulta mezclar fantasmas con ventrilocuismo y ello es un mérito que no se debe menospreciar.
2. Toda la parte estética y visual es encomiable, su diseño de arte es fabuloso con la utilización de adecuada iluminación y fotografía que contrasta por los escenarios oscuros y coloridos a la vez. Este aspecto logra envolver en una atmósfera sumamente sugerente, hasta el punto de absorbernos en esos climas lúgubres donde el peligro acecha constantemente.

Por ello, y en este caso particular, rescato a esta película de terror que se destaca de la pobreza reinante dentro del género en obras contemporáneas. Ya que gracias a su inquietante argumento más una conseguida ambientación, logra destacarse como una interesante obra del 2007, y ello no es poco.