Puede decirse que esta leyenda del cine de terror que tantas secuelas originó comenzó con una película apenas pasable, mediocre desde su efectividad en causar terror y asustar, y muy limitada desde su argumento. El mismo se limita a una sucesión de asesinatos en un campamento alejado de la civilización. Si bien hay una historia apenas elaborada, la película es entretenida gracias a su atmósfera oscura. Los variantes se desarrollan en una noche lluviosa en el medio de la nada, de allí que los escenarios ayuden a generar el clima opresivo y sugestivo que hace que esta cinta sea al menos pasable.
No obstante la cinta demuestra muchas limitaciones, sólo esgrime el asesinato como exposición narrativa, de allí que resta saber cómo serán aniquilados uno a uno la mayoría de los personajes interpretados por jovencitos inexpertos (entre los cuales puede resultar llamativo encontrar a Kevin Bacon en uno de sus primeros papeles en la gran pantalla).
En fin, una cinta bizarra, poco pergeñada pero que extrañamente derivó en una de las sagas más prolíficas del cine de terror, transformándose Jasón Voorhees en leyenda.