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Voto de travis braddock:
6
Romance. Drama La historia tiene lugar en el siglo XIX y explora las relaciones entre los miembros de la alta sociedad rusa. Ana Karenina, una mujer de la alta sociedad que se enamora del joven y apuesto oficial Vronski, abandona a su esposo y a su hijo para seguir a su amante. Nueva adaptación de la novela de León Tostói. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2013
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El director Joe Wright colabora nuevamente con la actriz Keira Knightley por tercera vez en cine tras "Orgullo y prejuicio" y "Expiación" y alguna que otra campaña publicitaria. En esta ocasión Keira hace su enésimo papel en una producción de época para ser la protagonista de la adaptación de la novela de León Tolstói. Wright ha querido darle un aire nuevo a esta versión y ha cambiado los habituales palacetes o decorados con apariencia real de la época para ilustrar su historia como si fuera una obra de teatro, justificado por representar a una sociedad hipócrita en la que todos desempeñan un papel, como si actuaran.

Desde el principio los personajes van desfilando ante nosotros mientras el decorado y los figurantes cambian a su paso, sugiriendo el paso de un lugar a otro, en una coreografía casi musical, que parece que los actores se van a arrancar a cantar de un momento a otro. Esto es algo que llama la atención y al mismo tiempo distrae de lo que se está contando, ya que cuesta entrar en la trama cuando queda tan evidente el trucaje y la carpintería de la película. La direccción de Wright es preciosista y barroca, que a ratos recuerda al Baz Luhrmann de "Moulin Rouge", aunque el principal problema es que la forma acaba ahogando al fondo y al final las cuitas de los personajes acaban por no llegar al espectador de la manera en que debieran.

De todos los personajes me quedo con el señor Karenin que interpreta con sobriedad y acierto Jude Law, ese sufrido marido de Anna que padece en silencio la vergüenza y la pena por la infidelidad de su esposa, sin atreverse a condenarla por el amor que le profesa. Su rol es el único que produce emociones sinceras, ya que la voluntariosa interpretación de Keira Knightley no termina de levantar a una Karenina algo deslavazada. Así pues, nos encontramos ante una cinta que no molesta pero que tampoco emociona y que se puede apreciar más como ejercicio de estilo por parte de Joe Wright (que ya con su anterior "Hanna" parecía querer tomar ese camino) que por ser un drama evocador. De hecho dan más ganas de leer el libro de Tolstói tras ver la película, porque percibes una historia interesante que te deja con ganas de más.
travis braddock
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