En la novela, para empezar, nos cuenta con todo detalle su relación con los compañeros de clase, nos habla de que uno de ellos se ha intentado suicidar gracias al maltrato que sufre por parte de los protagonistas y que el otro se ha quedado casi solo, por lo que al llegar nueva Ani se hace inmediatamente amiga de ella. Pero no solo se crea un vínculo entre esos dos. Él le cuenta detalles de su vida privada que serán fundamentales para el desenlace.

Lo mismo ocurre con el profesor. Ani se enamora de él, le gusta físicamente y además luego pasan muchas más cosas que en la peli, por lo que ella siempre se quedará con ganas de haber tenido «algo» (en esta parte me perdí muchísimo, la verdad, no entendía por qué la protagonista le decía que «podía hacer lo que quisiera con ella»).

Al final, lo que ocurre no es por Ani, es por muchas más razones y Ani es solo la gota que colma el vaso. Y es una pena que nos confundan así con una narrativa tan torpe cuando podía haber durado veinte minutos más y nos hubiéramos enterado de todo. Y es verdad, siempre me quejo del exceso de duración de la mayoría de los largometrajes, pero en este caso le hacía falta y no hubiera aburrido a nadie. Por cierto, el detalle de que David Fincher podía haber sido el director y seguro que todo hubiera quedado mucho mejor porque es justo de su estilo.

Sí es fácil imaginar a Mila Kunis en el papel de Ani, pero la pobre trabaja con pocas herramientas. Al que no te imaginas es a Scoot McNairy como el profesor ya que no concuerda en absoluto con la descripción que hace Knoll. La fotografía no está mal, pero insisto en que se ha echado a perder la historia.

Una lástima.

Jessica Knoll tiene otra novela, titulada La hermana favorita que creo que se piensa hacer serie o película. Espero que mucho mejor llevada, porque es bastante complicada con sus personajes y eso debería reflejarse en la ficción televisiva.