"Toro Salvaje" es una obra tramposa, aparentemente estamos ante una historia más de un boxeador de los barrios bajos que alcanza un gran auge y posterior decadencia. Si solamente tratase de eso, ya estaríamos ante una muy buena pieza del género, rodada en un blanco y negro que no estorba, especialmente curioso su efecto para los golpes, arañazos y contusiones.

Pero, conforme avanza la trama, dudamos de que la historia de Jack sea una edificante historia de hombres duros y boxeadores curtidos. La decadencia que Robert De Niro encarna a la perfección (en uno de los ejercicios más profesionales que se recuerdan) habla indirectamente de cómo este brutal deporte puede llegar a dañar tanto el cuerpo como la mente.

Nuevamente, si fuera el caso, estaríamos ante un ejercicio de doble lectura muy interesante, pero no, "Toro Salvaje" más allá porque no se limita a eso, también hay una cierta grandeza admirable en ese hedor imposible de abandonar por los que están engullidos en él, como diría el personaje de Clint Eastwood en otra pieza clave de este tema.

Como atinadamente han comentado en otras críticas, la aventura de un perdedor en la vida y un ganador en el ring, pero que no llega a encontrar su juego, buscando siempre chivos expiatorios, convirtiéndose en un infierno para sus novias, amantes, esposas, familia y, muy especialmente, su hermano, un gran Joe Pesci, que vuelve a tenerlas con Frank Vincent, se ve que a Scorsese les gusta enfrentarlos.

Recomendables los extras con entrevistas al propio Jack.