"Campeones" es un interesante experimento. Película plagada de buenas intenciones, tiene el mérito enorme de plantear la circunstancia de una parte de la sociedad utilizando a sus protagonistas. Y eso es uno de sus apartados más atractivos, la espontaneidad de las actuaciones, el acierto de casting y un espíritu integrador que normaliza y quita tabúes.

También tiene un protagonista interpretado por un actor talentoso, eficaz y sobrio. Javier Gutiérrez da carisma a este personaje que quizás habría necesitado una revisión de guión más. Sus problemas de pareja no están bien trazados y, de no ser por el oficio de quien le da vida, costaría creer su transformación al entrenar a este inusual conjunto de basket.

En los diálogos más cotidianos, la peli de Fesser brilla, es fluida y creíble. Cuando intenta hacer sorpresas o forzar las casualidades parece bastante descuidada. También en la forma de montar los partidos, cayendo en americanadas innecesarias.

"Campeones" es un film necesario y que tenía potencial para ser mucho más. Se queda en el camino y no acierta a tocar verdaderamente la fibra, pese a tener todos los mimbres para ello.

Este libreto necesitaba un tiempo muerto antes de imprimirse.