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España España · teruel
Voto de simón:
8
Animación. Aventuras. Comedia. Infantil Carl Fredricksen es un viudo vendedor de globos de 78 años que, finalmente, consigue llevar a cabo el sueño de su vida: enganchar miles de globos a su casa y salir volando rumbo a América del Sur. Pero ya estando en el aire y sin posibilidad de retornar Carl descubre que viaja acompañado de Russell, un explorador que tiene ocho años y un optimismo a prueba de bomba. (FILMAFFINITY)
5 de julio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro minutos. Sólo en 4 minutos y utilizando personajes animados se puede resumir la esencia de toda una vida: sus altos y sus bajos, sus ilusiones, la esperanza, el miedo, el sacrificio, la irremediable llegada de la muerte y la soledad.
Podrían parecer temas ya muy manidos, universales y que han sido tratados en el cine de muchas otras formas, sin embargo lo que algunos filmes no consiguen en dos horas de metraje Up nos los hace sentir con una fuerza inusual en tan sólo 4 minutos.
La vida es un largo camino que implica sacrificio y esfuerzo, encontrar a alguien que este dispuesto a recorrerlo junto a esa otra persona incondicionalmente resulta complicado, ha decir verdad hoy en día casi imposible. Los buenos momentos son tesoros que todo el mundo desea disfrutar pero ¿qué ocurre cuando no conseguimos lo que queremos?, ¿de verdad tenemos esa capacidad de tolerar la frustración, de anteponer en un momento dado las necesidades de otra persona a nuestro propio bienestar?, esta claro que la mayoría de las personas no tienen esa capacidad.
Sólo si nos paramos a pensar un momento y desconectamos de todo del caos que nos rodea, de la premura de la sociedad actual, podremos ver que no somos tan importantes, sino un simple eslabón más en la cadena y que nuestras ilusiones y metas tienen importancia, sí, pero sólo en la medida en que las compartamos con las personas a quienes queremos.
Todos esos sueños que alguna vez dejamos esperando en algún cajón de sastre y que algún día sabemos imposibles de realizar y sin embargo sacamos, a veces, a pasear por nuestra memoria con el único fin de deleitarnos en lo que podría haber sido, representan, sin duda, pequeños destellos de luz que nos permiten hacer más llevaderos esos momentos de desesperanza que a todos nos aguardan en algún momento.
Disfrutad, pues, de esa escena magistral en que corbata tras corbata vemos pasar la vida de Ellie y Carl, día tras día, metáfora de nuestra propia vida al fin y al cabo, que casi con milimétrica similitud resume lo más maravilloso que un ser humano puede poseer.
Disfrutad de sus cuatro minutos, de lo mejorcito de la historia del cine, sin duda.
simón
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