Impactante obra maestra. Ciudad de Dios (apodada así a la ciudad de Rió de Janeiro desde finales de los sesenta) es un lugar dónde la delincuencia, el crimen organizado y el robo a mano armada es una forma de ganarse la vida, una manera de ganarse el respeto. Dónde cualquiera que posea un arma tiene poder. Un lugar dónde la pobreza y la miseria se convierten en una asfixiante soga al cuello. Dónde la fe y la devoción son la única salvación. Dónde las bandas callejeras luchan entre sí para hacerse con el monopolio del dinero, que pasará de unos a otros como rula un puto canuto. Dónde el negocio del narcotráfico está de moda. Dónde el débil se hace fuerte. Dónde el que no corre, vuela. Dónde la realidad y la ficción siguen caminos paralelos, que nunca se cruzan.
Pero lo realmente impresionante es que dentro de éste contexto social, tan desgarrador, tan atroz, tan inhumano, surja la posibilidad de que se dé un milagro, el milagro divino. Como es la historia de Buscapé, un joven con ambiciones, con sueños y esperanzas. Que le apasiona la fotografía y que luchará para conseguir su felicidad, aunque para ello tenga que arriesgar su vida. Las puertas del cielo se abren de par en par a todos aquellos creyentes de buen corazón y de religión verdadera. En cambio aquellos que profanaron la palabra de Dios en vano, irán directamente al infierno. Al final, a los que han hecho el bien, se les agracia con la vida, por el contrario, a los que han hecho el mal, se les castiga con la muerte.

Una tremenda como imprescindible película. Magistral dirección de Fernando Meirelles y Kátia Lund, su narración es excitante, su ritmo es trepidante y la fotografía de César Charlone es sublime. Un trabajo técnico imborrable, realmente admirable. 'Ciudad de Dios' es un extraordinario recorrido por el desarrollo evolutivo de la putrefacción y el caos de una ciudad (os aconsejo que la veáis en V.O.S.)

Así funcionan las cosas en ciudad de Dios, o matas o te matan. No te engañes, ciudad de Dios no es el paraíso sino el averno.