Comprensible que decepcione a muchos espectadores, pues no trata de cómo Howard pudo crear historias míticas, con un estilo propio, que le dio tantos admiradores, sino de la relación entre el joven pero ya reconocido Howard que tiene mucha fe en si mismo como escritor, pero socialmente tiene comportamientos de inadaptado, pues vive en su mundo literario y una joven maestra, Novaline Price, de afirmado carácter.
Dicha relación no puede ser rutinaria, hay periodos difíciles, sin embargo devienen grandes Amigos.

Está bien contada (y filmada) con diálogos llenos de sustancia, que además los guionistas han sabido proporcionarles un toque de espontáneidad.

Es justo valorar a Robert E. Howard por su imaginación (Artística) y por el uso de las palabras para expresar ideas o sentimientos (lo que pueda tener de Poesia, que no es poco)
Por otra parte, él era como un niño grande, con muchas de las características, principalmente positivas, de los niños. Pero este aspecto no se idealiza, ya que le ocasiona sufrimientos.
(Tal vez poseyera un alto coeficiente intelectual)

Único defecto, que es un poco repetitiva.

La mejor obra de su director Dan Ireland, Seguro que Onofrio como productor, influyó positivamente.