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6.1
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Comedia
El hermano Pío (Pepe Isbert), limosnero de una congregación de monjas que sostiene un orfanato, viaja a Madrid con una imagen del Niño Jesús para pedir limosna. Lucio (Tony Leblanc), un ladronzuelo de poca monta que acaba de salir de la cárcel, ve la posibilidad de hacer negocio timando a los donantes suscritos a la limosna y le roba la imagen al anciano. (FILMAFFITY)
16 de enero de 2022
16 de enero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia es una clasificación tanto de obras literarias como cinematográficas. Y existen bastantes variedades: Astracanada, Gran guiñol, Farsa, Satírica, e incluso una típicamente española: “la picaresca”
En general tienen sus reglas propias, y cuando una obra las respeta y las usa bien, no debiera hablarse de obra menor.
Este film es un caso típico de comedia picaresca bien conseguida.
El argumento es de unas características muy localizadas en el tiempo, una España castiza de los años 50, sociedad que estaba destinada a ir desapareciendo rápidamente.
Los personajes, aun teniendo bastante de arquetipos, son verdaderos hijos del pueblo, un retrato que ligeramente deformado, es suficiente para sostener la historia que narra.
Llama la atención Pepe Isbert, como ingenuo (personificación de la Inocencia) de una España rural o apartada, sin preparación para lidiar con las asechanzas de Madrid.
Pero no es muy complaciente con la situación hipócrita de las diferencias de clase en Madrid, y su condición de “villa y corte” chanchullera. No critica la religión (ni ataca, ni defiende) porque la diana es otra: las clases altas, que gracias a las limosnas y similares se convierten en buenos ciudadanos.
Al pueblo lo trata con mas cariño, pero dejando claro que “de 10 cabezas, una piensa y nueve embisten” pese a que la mayoría tiene buen corazón.
Es muy bien-intencionada y por eso tienen el final que tiene. Pero no es cursi, ni cargada de moralina, aunque se queda muy cerca, no cae.
Sin duda, algo azucarada para que el público de la época, saliendo de la posguerra, la aceptase mejor.
Interpretaciones, banda sonora, fotografía, ritmo... muy por encima de la media del cine español que se rodaba en aquellos años.
Sus puntos fuertes son el ágil ritmo y dinamismo con que se cuenta la historia, por un lado; y por el otro, los personajes (ya individuales ya corales) ganándose merecidamente el nombre de “costumbrista”.
En general tienen sus reglas propias, y cuando una obra las respeta y las usa bien, no debiera hablarse de obra menor.
Este film es un caso típico de comedia picaresca bien conseguida.
El argumento es de unas características muy localizadas en el tiempo, una España castiza de los años 50, sociedad que estaba destinada a ir desapareciendo rápidamente.
Los personajes, aun teniendo bastante de arquetipos, son verdaderos hijos del pueblo, un retrato que ligeramente deformado, es suficiente para sostener la historia que narra.
Llama la atención Pepe Isbert, como ingenuo (personificación de la Inocencia) de una España rural o apartada, sin preparación para lidiar con las asechanzas de Madrid.
Pero no es muy complaciente con la situación hipócrita de las diferencias de clase en Madrid, y su condición de “villa y corte” chanchullera. No critica la religión (ni ataca, ni defiende) porque la diana es otra: las clases altas, que gracias a las limosnas y similares se convierten en buenos ciudadanos.
Al pueblo lo trata con mas cariño, pero dejando claro que “de 10 cabezas, una piensa y nueve embisten” pese a que la mayoría tiene buen corazón.
Es muy bien-intencionada y por eso tienen el final que tiene. Pero no es cursi, ni cargada de moralina, aunque se queda muy cerca, no cae.
Sin duda, algo azucarada para que el público de la época, saliendo de la posguerra, la aceptase mejor.
Interpretaciones, banda sonora, fotografía, ritmo... muy por encima de la media del cine español que se rodaba en aquellos años.
Sus puntos fuertes son el ágil ritmo y dinamismo con que se cuenta la historia, por un lado; y por el otro, los personajes (ya individuales ya corales) ganándose merecidamente el nombre de “costumbrista”.