Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with FERNANDO BERMEJO
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de FERNANDO BERMEJO:
6

Voto de FERNANDO BERMEJO:
6
7.2
168,289
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
11 de diciembre de 2009
11 de diciembre de 2009
103 de 157 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me cabe la menor duda de que Avatar será un taquillazo… por lo menos a lo largo de las primeras semanas de su estreno, durante las cuales la curiosidad “matará al gato”, estoy seguro de que el público acudirá en tropel a ver lo que se cuece. El despliegue de la última superproducción de James Cameron, tanto a nivel técnico como promocional, así lo merece, y difícilmente defraudará las expectativas depositadas en su diseño, digitalización y efectos 3D.
No estoy tan seguro, sin embargo, de que lo nuevo del director de Titanic y T2 sea recibido como el producto de SF definitivo que se nos promete, pues su sincrético argumento es tan descaradamente aglutinador a nivel temático que cuanto se nos narra ha sido tratado ya, de un modo u otro, por alguna película anterior: la relación de amor del protagonista con la cultura Na’Vi recordará a Bailando con lobos y El último mohicano; el funcionamiento macro-orgánico del planeta Pandora lo hará levemente a Solaris; y el despliegue tecnológico en el ecosistema pandoriano parece surgir de un cruce entre Parque Jurásico y Starship troopers…Western indigenista, cine bélico, aventuras coloniales y, evidentemente, ciencia ficción se mezclan con naturalidad en esta película, pero también sin el menor atisbo de originalidad.
Sólo el concepto de “avatar”, entendido como una reencarnación durante el sueño en un cuerpo extraterrestre diseñado genéticamente, aporta un elemento ligeramente novedoso al cine de ciencia ficción, pero lo hace superficialmente, forzando la credibilidad de algunas situaciones (el personaje interpretado por S. Worthington se integra en el clan Na’Vi con demasiada facilidad, levantando muy pocas sospechas), y sin profundizar demasiado en las interesantes posibilidades que este concepto arroja en lo que a confusión entre sueño y realidad se refiere.
Nos hallamos, pues, ante una película innegablemente entretenida y de diseño deslumbrante (cómo para no serlo después de gastar más de 230 millones), con un grato mensaje ecologista y algún guiño antibelicista concentrado en el personaje del coronel Miles Quaritch, pero decepcionantemente previsible durante casi todo su desarrollo.
No estoy tan seguro, sin embargo, de que lo nuevo del director de Titanic y T2 sea recibido como el producto de SF definitivo que se nos promete, pues su sincrético argumento es tan descaradamente aglutinador a nivel temático que cuanto se nos narra ha sido tratado ya, de un modo u otro, por alguna película anterior: la relación de amor del protagonista con la cultura Na’Vi recordará a Bailando con lobos y El último mohicano; el funcionamiento macro-orgánico del planeta Pandora lo hará levemente a Solaris; y el despliegue tecnológico en el ecosistema pandoriano parece surgir de un cruce entre Parque Jurásico y Starship troopers…Western indigenista, cine bélico, aventuras coloniales y, evidentemente, ciencia ficción se mezclan con naturalidad en esta película, pero también sin el menor atisbo de originalidad.
Sólo el concepto de “avatar”, entendido como una reencarnación durante el sueño en un cuerpo extraterrestre diseñado genéticamente, aporta un elemento ligeramente novedoso al cine de ciencia ficción, pero lo hace superficialmente, forzando la credibilidad de algunas situaciones (el personaje interpretado por S. Worthington se integra en el clan Na’Vi con demasiada facilidad, levantando muy pocas sospechas), y sin profundizar demasiado en las interesantes posibilidades que este concepto arroja en lo que a confusión entre sueño y realidad se refiere.
Nos hallamos, pues, ante una película innegablemente entretenida y de diseño deslumbrante (cómo para no serlo después de gastar más de 230 millones), con un grato mensaje ecologista y algún guiño antibelicista concentrado en el personaje del coronel Miles Quaritch, pero decepcionantemente previsible durante casi todo su desarrollo.