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5.6
32,590
Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico. Acción
Un año después de los eventos de "Los últimos Jedi", los restos de la Resistencia se enfrentarán una vez más a la Primera Orden, involucrando conflictos del pasado y del presente. Mientras tanto, el antiguo conflicto entre los Jedi y los Sith llegará a su clímax, lo que llevará a la saga de los Skywalker a un final definitivo. Final de la trilogía iniciada con "El despertar de la Fuerza". (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2020
10 de abril de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera secuela de la saga de los Jedi y los Sith con la que Disney vuelve a hacer caja a lo grande. Porque a lo tonto a lo tonto, las tres entregas han hecho unas taquillas de $2068 millones, $1332 millones y $1074 millones, respectivamente (véase spoiler 1)
Si la primera secuela fue un clon indisimulado de la cinta del 77, y la segunda un desmadre absurdo que explica por qué los guionistas están tan mal pagados, esta otra es algo así como el batiburrillo final, en donde toda la épica y aventura de la trilogía clásica cede paso a una ristra imparable de acontecimientos en apenas 16 horas.
Como era de esperar, el culebrón continúa con toda la historieta de Rey, Kylo y compañía peléandose por ver quién mea más lejos, mientras siguen con el ya aburrido juego del "Quién es quién". Un trabajo con bastantes momentos absurdos, cuando no risibles, en donde se resucita hasta al Tato, todos tienen presentimientos milagrosos y siempre hay una solución tan estupenda como inverosímil que salva la situación. De hecho, a esta película se la podría haber titulado "El ascenso del deus ex machina", porque esto ya es cachondeo.
No ayudan tampoco las nuevas incorporaciones que, además de ampliar el elenco sin motivo, están perfiladas sin detalle. Una consecuencia de la alocada rapidez con la que todo sucede, forzando a que entren a todo trapo, digan sus frases y salgan de la historia hasta que al guionista se le antoje recuperarlas para otro giro absurdo y repentino de los hechos.
Ciertamente, agradezco que se haya puesto fin a esta opera espacial que, no solo cansaba, sino que ya empezaba a aproximarse a la parodia. Porque aquí ya se toma al espectador por un cenutrio mientras se incrustan chistes aquí o allí para ver si cuela. No tiene sentido que me extienda en detalles cuando otras críticas ya han desgranado con precisión todas las carencias y astracanadas que pueblan esta entrega (véase spoiler 2).
En cualquier caso, este cierre de saga evidencia lo bajo que ha quedado el listón, por lo que se entiende que haya gente que abrace "El mandaloriano" como si fuera caviar audiovisual, aunque no pase de una aventura tan floja como pasable.
En resumen, fin de saga. En Disney estarán contentos por la caja hecha, pero anda que no han salido escaldados con el juguetito que le compraron a Lucas. No era tan fácil como parecía, ¿eh Kathleen?. A modo de anécdota, Disney parece haber dado un pasito en una dirección que hasta ahora había evitado (véase spoiler 3).
Si la primera secuela fue un clon indisimulado de la cinta del 77, y la segunda un desmadre absurdo que explica por qué los guionistas están tan mal pagados, esta otra es algo así como el batiburrillo final, en donde toda la épica y aventura de la trilogía clásica cede paso a una ristra imparable de acontecimientos en apenas 16 horas.
Como era de esperar, el culebrón continúa con toda la historieta de Rey, Kylo y compañía peléandose por ver quién mea más lejos, mientras siguen con el ya aburrido juego del "Quién es quién". Un trabajo con bastantes momentos absurdos, cuando no risibles, en donde se resucita hasta al Tato, todos tienen presentimientos milagrosos y siempre hay una solución tan estupenda como inverosímil que salva la situación. De hecho, a esta película se la podría haber titulado "El ascenso del deus ex machina", porque esto ya es cachondeo.
No ayudan tampoco las nuevas incorporaciones que, además de ampliar el elenco sin motivo, están perfiladas sin detalle. Una consecuencia de la alocada rapidez con la que todo sucede, forzando a que entren a todo trapo, digan sus frases y salgan de la historia hasta que al guionista se le antoje recuperarlas para otro giro absurdo y repentino de los hechos.
Ciertamente, agradezco que se haya puesto fin a esta opera espacial que, no solo cansaba, sino que ya empezaba a aproximarse a la parodia. Porque aquí ya se toma al espectador por un cenutrio mientras se incrustan chistes aquí o allí para ver si cuela. No tiene sentido que me extienda en detalles cuando otras críticas ya han desgranado con precisión todas las carencias y astracanadas que pueblan esta entrega (véase spoiler 2).
En cualquier caso, este cierre de saga evidencia lo bajo que ha quedado el listón, por lo que se entiende que haya gente que abrace "El mandaloriano" como si fuera caviar audiovisual, aunque no pase de una aventura tan floja como pasable.
En resumen, fin de saga. En Disney estarán contentos por la caja hecha, pero anda que no han salido escaldados con el juguetito que le compraron a Lucas. No era tan fácil como parecía, ¿eh Kathleen?. A modo de anécdota, Disney parece haber dado un pasito en una dirección que hasta ahora había evitado (véase spoiler 3).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1) Estos números hay que ponerlos en perspectiva, porque los presupuestos de estas entregas han sido de $245 millones, $317 millones y $275 millones.
2) Animo a leer los comentarios con peores puntuaciones. Debo admitir que hay compilaciones de barrabasadas que son un auténtico despiporre de tan graciosas. Lo ocurrido en esta película es un delirio sin pies ni cabeza.
3) Me refiero al momento lésbico que ocurre al final de la película, aunque es un plano tan breve y lejano que se huele el pánico a mostrarlo con claridad. La comandante D'Acy, interpretada por la actriz Amanda Lawrence (la que tiene una napia descomunal), se morrea con una piloto. Si lo vio a la primera fue por pura casualidad, tan fugaz es, prueba de la cobardía mayúscula de Disney. En esa empresa no quieren ni oír hablar de mariconeo en sus películas, pero les aterra la idea de que la tachen de retrógrada y pierda el dinero de esos espectadores.
En realidad este momento dice mucho de la forma de pensar de los directivos de las grandes empresas, con ideas propias sobre un asunto (casi siempre polémicas y miserables), pero asustados de perder lo que más adoran: los abultados salarios. De ahí que ensayen su hipocresía metiendo la patita.
2) Animo a leer los comentarios con peores puntuaciones. Debo admitir que hay compilaciones de barrabasadas que son un auténtico despiporre de tan graciosas. Lo ocurrido en esta película es un delirio sin pies ni cabeza.
3) Me refiero al momento lésbico que ocurre al final de la película, aunque es un plano tan breve y lejano que se huele el pánico a mostrarlo con claridad. La comandante D'Acy, interpretada por la actriz Amanda Lawrence (la que tiene una napia descomunal), se morrea con una piloto. Si lo vio a la primera fue por pura casualidad, tan fugaz es, prueba de la cobardía mayúscula de Disney. En esa empresa no quieren ni oír hablar de mariconeo en sus películas, pero les aterra la idea de que la tachen de retrógrada y pierda el dinero de esos espectadores.
En realidad este momento dice mucho de la forma de pensar de los directivos de las grandes empresas, con ideas propias sobre un asunto (casi siempre polémicas y miserables), pero asustados de perder lo que más adoran: los abultados salarios. De ahí que ensayen su hipocresía metiendo la patita.